El estudio de los investigadores de Holanda, publicado en el V centenario, concluye que ambas fueron pintadas por discípulos
Por otra parte, el estudio de los holandeses concluye, en cambio, que Las tentaciones de San Antonio en el Museo de Arte Nelson-Atkins de Kansas City, EEUU, sólo puede atribuirse El Bosco. Al contrario que las obras 'españolas', durante décadas la obra permaneció en el almacén del Nelson-Atkins clasificado como trabajo de un aprendiz o un discípulo de El Bosco.
Esta nueva atribución significa una ampliación importante de las pequeñas obras de El Bosco (aproximadamente 1450 's Hertogenbosch 1516). La obra descubierta por el BRCP, data aproximadamente del 1500-10 y será mostrada al público por primera vez durante una exposición retrospectiva dedicada a El Bosco que se podrá ver a partir del 13 de febrero de 2016 en el Noordbrabants Museum. El historiador de arte y coordinador del BRCP, el Sr. Matthijs Ilsink ha explicado que se trata de "una pequeña pero importante adición a la obra de El Bosco. Este descubrimiento muestra el gran valor del excelente material de documentación que el BRCP ha elaborado de la obra de El Bosco y que se dará a conocer a través del sitio web boschproject.org." La exposición retrospectiva El Bosco - Visiones de un genio se basa en la investigación más ambiciosa e internacional que se haya realizado sobre cuadros poco conocidos y de pinturas de El Bosco.
La tentación de San Antonio |
En el cuadro se puede ver a San Antonio, a quien se le reconoce por la cruz en forma de T en su manto. Apoya la mano izquierda en su báculo y con la derecha llena un cántaro con agua. El Santo se ve amenazado en su existencia dedicada a Dios por las extrañas criaturas que le rodean. La obra fue muy retocada y repintada en una restauración del siglo XX, pero la mano de El Bosco todavía es muy reconocible en la técnica de pincelado original. Si nos ceñimos a estas últimas adiciones, se observa claramente la fuerte relación de esta imagen de Antonio con, sobre todo, el postigo izquierdo del Tríptico del Eremita en las Galerías de la Academia en Venecia, que también se podrá ver en breve en 's-Hertogenbosch.
Con ayuda de la fotografía infrarroja y la reflectografía infrarroja también se han podido visualizar firmas. Estas firmas se relacionan perfectamente con todo aquello encontrado en otros cuadros de la obra central de El Bosco. En líneas generales, con un pincel muy grueso se dibujó con un medio acuoso, de la manera que debía parecer en la representación en el cuadro. Este boceto del diseño preparatorio bajo la capa de pintura aparece en casi todas sus otras obras. Además, El Bosco trabaja con diferentes colores en pintura aún mojada, como en la cabeza y el ala del pez volador que se desliza por el suelo en esta representación de San Antonio. Mediante este método de trabajo es cómo consigue su efecto pictoricista tan característico.
Un fragmento reconocibe
La representación de San Antonio, arrodillado y recogiendo agua en un entorno con extrañas criaturas, encaja con todo detalle con las demás obras de El Bosco. La figura del santo concuerda mucho con la de Antonio en el postigo izquierdo del Tríptico del Eremita y también es afín a una mujer monstruo recogiendo agua en el cuadro central del Último Mandamiento en Brujas. Los monstruos del cuadro son también típicos de la pintura de El Bosco. La pequeña criatura escondida debajo de un embudo, el monstruo con la cabeza de zorro, la figurita con el pico de espátula, la pata del cerdito en el tablero flotante, el sapo que hurga en el agua y la salchicha flotante, todos estos elementos se encuentran en otras obras realizadas por el artista holandés.
El cuadro es un fragmento de otro más grande, que ha sido acortado por todos los lados. Aproximadamente tiene cuatro milímetros de grosor y la parte trasera muestra la madera de roble pelada con la que se realizó. Es la parte central con el eremita santo como figura principal de un cuadro la que, quizás, formaba el postigo de un tríptico desmantelado. Alrededor del santo se habría dibujado algo mucho más tenebroso, como lo que encontramos en el postigo izquierdo del Tríptico de los Santos Eremitas. Se había dudado de la autoría de El Boscode esta pintura por la ausencia de un contexto artístico. Sin embargo, gracias a la enorme cantidad de documentación nueva elaborada por el BRCP, tanto de este cuadro como del resto de la obra del maestro, este fragmento sólo puede atribuirse a El Bosco.
La adoración de los santos era bastante relevante en la época en la que vivió El Bosco. Para su representación continuó trabajando sobre la tradición de imágenes ya existentes. Sus clientes y contemporáneos tenían que poder reconocer a los santos representados para poder dirigirse a ellos en oración. Al mismo tiempo, El Bosco dio a la tradición su personal y creativa interpretación. Los santos que a menudo representaba eran San Jerónimo (el nombre de su santo) y San Antonio (el santo de su padre). Ambos santos eran muy populares en la Baja Edad Media y pasaron una etapa de sus vidas en soledad viviendo como ermitaños.
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