Al menos siete muertos y 11 heridos en un atentado con coche bomba en un puesto de control de la ciudad de Ras Lanuf, en la costa central de Libia. Se trata del segundo puerto petrolero en importancia del país tras el de Sidra. Ambos han sido escenario de una ofensiva lanzada el lunes por organizaciones yihadistas libias afines a Daesh con el objetivo de hacerse con su control. Cinco depósitos permanecen en llamas.
Por otro lado, a más de 430 kilómetros al oeste, en la localidad de Zlitan, se ha registrado el peor ataque en Libia desde la caída Muamar al Gadafi.
Otro atentado suicida, perpetrado con un camión bomba frente a un centro de formación de la policía, ha matado a al menos 60 personas y ha herido a más de 150.
“Condenamos y deploramos este acto cobarde que nos da más determinación y poder para continuar con nuestro plan de seguridad y castigar a todos los que busquen poner en peligro a nuestra nación”, indicó el Gobierno de Trípoli, no reconocido por la comunidad internacional.
Según testigos, unos 300 agentes se encontraban en la base militar cuando se produjo el ataque.
Por el momento ningún grupo se ha atribuido la autoría de este atentado, que coincide con un conflicto abierto entre los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk
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