El histórico acuerdo nuclear entre Irán y las grandes potencias entró en vigor este sábado, abriendo paso a una primera etapa del levantamiento de las sanciones económicas que lastraban desde hace años a esta potencia regional rica en hidrocarburos.
En este contexto de distensión, Teherán y Washington, que rompieron sus relaciones diplomáticas en 1980, anunciaron también el mismo día la liberación de cinco estadounidenses detenidos en Irán, cuatro de ellos con doble nacionalidad iraní, a cambio del indulto de siete iraníes detenidos en Estados Unidos. Entre los liberados por Teherán, se encuentra el periodista del Washington Post Jason Rezaian.
Seis meses después del cierre del acuerdo nuclear de Viena, al término de un largo maratón diplomático, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) certificó que Teherán había respetado todas sus obligaciones destinadas a garantizar la naturaleza estrictamente pacífica de su programa nuclear, poniendo fin a un contencioso de más de trece años.
"Irán cumplió con sus compromisos, hoy, las sanciones económicas y financieras multilaterales y nacionales vinculadas al programa nuclear iraní serán levantadas", indicaron en una declaración conjunta el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, y su homóloga europea, Federica Mogherini.
Estados Unidos, la Unión Europea y Naciones Unidas precisaron que esta decisión tenía efecto inmediato. El presidente iraní Hasan Rohani se felicitó rápidamente por esta "victoria gloriosa" del "pueblo" de Irán.
El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, uno de los principales artífices del acuerdo junto a Zarif, subrayó por su parte que el mundo es hoy un lugar "más seguro", ya que se redujo "la amenaza de las armas atómicas".
Ambos aún mantuvieron intensas negociaciones este sábado en la capital de Austria, donde ya se alcanzó el acuerdo el pasado 14 de julio de 2015.
Vigilancia a cada momento
El acuerdo, negociado por Irán con el grupo de potencias 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania), está considerado como uno de los mayores éxitos de la política internacional del presidente estadounidense, Barack Obama, y de sus homólogo iraní.
Y también se interpreta como el inicio de un acercamiento entre Estados Unidos e Irán, una evolución que genera descontento en los aliados tradicionales de Washington en la región, como Arabia Saudita e Israel, que temen la influencia de la potencia chiita.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró el sábado que Teherán no había "abandonado sus ambiciones de dotarse de armas atómicas".
Pero, en Europa, las reacciones eran distintas. París urgió a mantener el mismo "espíritu de cooperación" en "todos los desafíos regionales", mientras que Berlín calificó el acuerdo de "éxito histórico de la diplomacia".
Los ambientes económicos internacionales están listos desde hace varios meses para volver a Irán, que posee las cuartas mayores reservas de crudo del mundo y las segundas de gas. Irán, un país de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), podrá volver a exportar libremente su petróleo.
La AIEA confirmó el sábado que Teherán había reducido como estaba acordado el número de sus centrifugadoras, que le permitían enriquecer uranio, y había enviado al extranjero la casi totalidad de sus reservas de uranio de bajo enriquecimiento.
Además, la agencia estableció que Irán retiró también el corazón de su reactor de agua pesada de Arak, complejo que modificó para no poder fabricar plutonio de calidad militar.
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