martes, 8 de diciembre de 2015

La oposición venezolana dice que ganó la mayoría calificada del Parlamento

La oposición de Venezuela dijo el lunes que ganó las dos terceras partes de los escaños de la Asamblea Nacional, asegurándose la mayoría calificada del poder legislativo y destronando la hegemonía del chavismo.

El anuncio, hecho al mediodía, no ha sido refrendado por el árbitro comicial, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que emitió sólo un boletín oficial de las elecciones parlamentarias del domingo poco después de la medianoche.

La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) le arrebató al socialismo gobernante el control del parlamento por primera vez en 16 años, favorecida por el descontento de muchos venezolanos ante una grave crisis económica expresada en una alta inflación, recesión y escasez.

"El cambio en el país obtuvo la mayoría calificada, las dos terceras partes de la Asamblea Nacional", dijo Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial opositor y gobernador del central estado Miranda.

Según las únicas cifras oficiales divulgadas por el CNE, la oposición logró al menos 99 escaños de los 167 diputados de la Asamblea Nacional unicameral y los seguidores del Gobierno del presidente Nicolás Maduro cuanto menos 46. El CNE dijo que aún faltaban escaños por adjudicar.

El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, adelantó en otro acto: "Estamos peleando cuatro más, son 112 seguros".

MAYORÍAS

De confirmarse que cuenta con dos tercios del parlamento a su favor, las posibilidades de la oposición se ampliarían. La coalición estaría en condiciones de emitir votos de censura contra el vicepresidente o los ministros, que eventualmente podrían conducir a su destitución.

También podría aprobar leyes orgánicas, pasar reformas constitucionales y reemplazar a miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el CNE y los otros poderes públicos, pero con la aprobación de la justicia, aún en manos del chavismo.

Además, el amplio triunfo le permitirá a la MUD iniciar investigaciones a altos cargos públicos, aprobar el presupuesto nacional, autorizar viajes del Presidente cuando sean mayores a cinco días y aprobar una publicitada Ley de Amnistía que busca liberar a quienes considera "presos políticos".

Cuando la Ley de Amnistía tenga luz verde, la bancada opositora buscará reformar la ley del Banco Central (BCV), un ente que, aseguran, ha perdido independencia en los más de tres lustros de chavismo y cuya situación se ha agravado con la aguda crisis económica que atraviesa el país miembro de la OPEP.


"La reforma de la ley del Banco Central es urgente porque se transformó en una máquina de imprimir dinero inorgánico, eso es muy grave", dijo Torrealba a periodistas.


Prerrogativas aparte, el triunfo de la MUD supone un punto de quiebre que abriría un nuevo balance de fuerzas en Venezuela y daría vigor a una oposición que, por primera vez desde que el fallecido Hugo Chávez asumió el cargo en 1999, actuaría de contrapeso.

Incluso, hay quienes creen que una envalentonada oposición podría pujar por un referéndum revocatorio al mandato de Maduro, permitido constitucionalmente a partir de abril de 2016, a mitad de su período de seis años.

"Si esta agenda de construcción de soluciones es entorpecida por el Gobierno, entonces activaríamos los mecanismos que la Constitución establece", explicó Torrealba.

A pesar del triunfo, la oposición aún no puede clamarse como la fuerza preponderante del país sudamericano.

"Tenemos que sobreponernos siempre a las dificultades, aprender de ellas, de los obstáculos", dijo Maduro la noche del lunes tras pedir unidad a sus filas.

El mandatario adelantó que en la semana se llevarán a cabo una serie de reuniones y congresos extraordinarios para evaluar la derrota en distintos niveles del Gobierno y del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados.

"Para evaluar esta situación y sacar propuestas concretas", dijo tras una reunión con gobernadores chavistas.

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