Por Beatriz Camacho
El síndrome de savant, también conocido como síndrome del sabio, es una enfermedad muy poco común, caracterizada por un bajo funcionamiento cognitivo junto a una o varias habilidades excepcionales.
Paradójicamente, las personas que sufren este trastorno pueden memorizar miles de libros, tocar instrumentos sin aprendizaje previo o reproducir de forma artística aquello que ven en muy poco tiempo, pero algunas están incapacitadas para valerse por sí mismas en tareas tan simples como abrocharse un botón.
Uno de los casos más famosos es el de Kim Peek, quien inspiró la película de Rain Man. Peek nació con una macrocefalia, un cráneo con proporciones más grandes de lo normal, y un cerebro sin cuerpo calloso, el tejido que conecta ambos hemisferios. Cuando tenía un año y medio ya era capaz de memorizar todos los libros que le leían en voz alta mientras desplazaban el dedo sobre las frases. Los recordaba con una única lectura y, sin embargo, no caminó hasta los 4 años. Falleció en 2009 y para entonces sabía de memoria unos 12.000 libros y podía dar cualquier dato que le preguntaran: fechas, obras musicales, acontecimientos históricos…
En general, este síndrome se considera como un tipo de autismo especial, asemejándose más al síndrome de Asperger. Dentro del espectro autista sería el trastorno menos profundo. Es más, uno de cada diez autistas tiene las habilidades de un savant y la mitad de los savant son autistas, si bien no hay que confundir este síndrome con ninguno de dichos trastornos.
No obstante, estos pacientes son extremadamente raros y se han registrado menos de un centenar de casos en un siglo de investigación. Darold Treffert es la principal autoridad que estudia este síndrome y ha estimado que constan menos de cincuenta personas que padecen este síndrome hoy en día.
Qué es el síndrome de savant: características comunes
La característica fundamental del síndrome del sabio es tener una memoria extraordinaria, especial. Estas personas prodigiosas poseen una técnica de memorización ilimitada, algunas incluso pueden recordar imágenes, sonidos u objetos de forma muy detallada y precisa sin necesidad de utilizar ninguna técnica.
Básicamente se trata de un conjunto de síntomas cognitivos anómalos relacionados con capacidades mentales extraordinarias. Este síndrome cuenta con varias habilidades inusuales y específicas en cada paciente, se observan unas capacidades más habituales que podemos separar en cuatro categorías:
- Arte: son grandes pintores, escultores e intérpretes musicales, sobre todo de piano, y suelen tener habilidades innatas para comprender e interpretar la música.
- Cálculo de fechas: memorizan calendarios enteros y recuerdan datos relativos a cada uno de los días.
- Cálculo matemático: resuelven complejos cálculos matemáticos mentalmente de forma instantánea y con gran precisión, como calcular números primos o dividir con 100 decimales mentalmente.
- Habilidades mecánicas y espaciales: miden distancias casi exactas sin la ayuda de instrumentos, construyen maquetas detalladas y memorizan de mapas y direcciones.
Por qué surge el síndrome del sabio
Hoy en día no existe teoría capaz de explicar totalmente la causa del síndrome de savant. Si bien algunos pacientes han sufrido lesiones cerebrales, hay otros que no tienen nada anómalo. Aun así, recientemente se ha descubierto que parte de sus sorprendentes habilidades son gracias a que realizan los procesos mentales con hemisferios cerebrales distintos a los que una persona común usa para procesar la información.
Las técnicas de neuroimagen han expuesto que la mayoría de los que padecen este síndrome tienen alteraciones en el hemisferio izquierdo del cerebro. Según Darold Treffert, una posible explicación sería que estas personas compensan el tener el hemisferio izquierdo dañado desarrollando más el hemisferio derecho, quizás usando tejido neuronal que en condiciones normales se destina a otras funciones, y, por eso, obtienen dichos talentos extraordinarios. Otra opción sería que la lesión en el hemisferio izquierdo destapa habilidades latentes debido a lo que se conoce como la "tiranía del cerebro izquierdo dominante".
También se defiende que el síndrome de savant sería resultado de una anomalía en las conexiones neuronales, que podrían ser causadas en el desarrollo embrional o por contusiones cerebrales después del nacimiento. Por eso lo relacionan tanto con el autismo.
Es más, el síndrome del savant es una de las causas que han llevado a la creencia errónea de que autistas, sociópatas y personas con síndrome de Asperger tienen un intelecto superior, ya que las zonas del cerebro que controlan la inteligencia emocional e interpersonal están atrofiadas, permitiendo otro tipo de desarrollo del resto de las áreas del cerebro.
No obstante, los psicólogos Allan Snyder y John Mitchell afirman que todos llevamos un savant dentro, ya que nuestro cerebro reúne todos los datos que nos llegan, los procesa y suprime la información anexa para crear una única idea que se hace consciente. Mientras que en el cerebro de los pacientes con síndrome de savant la información no se "edita".
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