El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, ha llamado este miércoles a su homólogo ruso para expresarle sus condolencias por el suceso del martes, en el que un Su-24 cayó a tierra por un misil disparado por las fuerzas de Turquía. El Gobierno turco ha adelantado que los dos ministros se verán en los próximos días, según Reuters.
Lavrov ha asegurado que esta llamada es la "prueba" de que "Moscú no está evitando los contactos con Ankara", a pesar de que las dos partes siguen manteniendo versiones contrapuestas. El Gobierno ruso niega que su aeronave violase el espacio aéreo de Turquía durante una operación en el norte de Siria.
Lavrov ha asegurado que esta llamada es la "prueba" de que "Moscú no está evitando los contactos con Ankara", a pesar de que las dos partes siguen manteniendo versiones contrapuestas. El Gobierno ruso niega que su aeronave violase el espacio aéreo de Turquía durante una operación en el norte de Siria.
"No vamos a ir a la guerra contra Turquía"
Según el ministro ruso, Cavusoglu intentó disculparse por lo ocurrido y alegó que Turquía no sabía que se trataba de un caza ruso, informa la agencia Sputnik. Lavrov tiene "serias dudas" sobre esta versión y ha advertido de que "la grabación preparada del derribo sugiere lo contrario".
"Parece una provocación planeada", ha añadido, en una comparecencia ante los medios en la que ha reconocido que el incidente tendrá consecuencias para las relaciones con Turquía. Rusia ya ha recomendado evitar los viajes a territorio turco y evaluará todos los acuerdos en vigor.
En cualquier caso, Lavrov ha descartado un conflicto armado: "No vamos a ir a la guerra contra Turquía". Rebaja así el tono del presidente ruso, Vladimir Putin, que en las horas posteriores al derribo denunció la "puñalada por la espalda" perpetrada por "cómplices de los terroristas".
Según el ministro ruso, Cavusoglu intentó disculparse por lo ocurrido y alegó que Turquía no sabía que se trataba de un caza ruso, informa la agencia Sputnik. Lavrov tiene "serias dudas" sobre esta versión y ha advertido de que "la grabación preparada del derribo sugiere lo contrario".
"Parece una provocación planeada", ha añadido, en una comparecencia ante los medios en la que ha reconocido que el incidente tendrá consecuencias para las relaciones con Turquía. Rusia ya ha recomendado evitar los viajes a territorio turco y evaluará todos los acuerdos en vigor.
En cualquier caso, Lavrov ha descartado un conflicto armado: "No vamos a ir a la guerra contra Turquía". Rebaja así el tono del presidente ruso, Vladimir Putin, que en las horas posteriores al derribo denunció la "puñalada por la espalda" perpetrada por "cómplices de los terroristas".
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