La visita a la excolonia francesa será el primer viaje del pontífice a una zona de combate y su llegada es aplaudida tanto por la mayoría cristiana como por la minoría musulmana, que espera que su presencia pueda fomentar el diálogo y reducir la violencia.
El avión del Papa aterrizó a alrededor de las 10 de la mañana (0900 GMT) en el aeropuerto de la capital, Bangui, donde fue recibido por dignatarios como el arzobispo de la ciudad, Dieudonné Nzapalainga, y decenas de niños que agitaban banderas con los colores del Vaticano, amarillo y blanco.
El avión del Papa aterrizó a alrededor de las 10 de la mañana (0900 GMT) en el aeropuerto de la capital, Bangui, donde fue recibido por dignatarios como el arzobispo de la ciudad, Dieudonné Nzapalainga, y decenas de niños que agitaban banderas con los colores del Vaticano, amarillo y blanco.
Bangui ha sufrido un incremento de los enfrentamientos que han causado al menos 100 muertos desde finales de septiembre, según Human Rights Watch, y la seguridad se ha incrementado antes de la visita papal.
Francia, que cuenta con alrededor de 900 soldados desplegados en la República Centroafricana, advirtió al Vaticano a principios de este mes que la visita podría ser arriesgada, y el itinerario exacto del Papa ha estado en el aire hasta los últimos días antes de su llegada.
Gabriel Ouamale, de 33 años, que vende recuerdos como camisetas y paraguas con la imagen del Papa frente a la catedral de Bangui, dijo que las ventas no habían subido hasta la última semana.
"Había gente que dudaba, que dijo que no podía venir por la situación del país", dijo.
Se prevé que cientos de miles de habitantes de la ciudad acudan a ver a Francisco, que celebra una misa en la catedral este domingo.
Otros desafiarán los controles de los rebeldes y de la milicia para viajar a Bangui desde el resto del país, y creyentes de la vecina República Democrática del Congo cruzarán el río Ubangi en piraguas para contemplar al Papa.
El Gobierno de la República Centroafricana ha desplegado unos 500 policías y gendarmes para proteger su visita. También habrá sobre el terreno más de 3.000 soldados de paz de la misión MINUSCA de la ONU y las tropas francesas estarán en alerta.
Francia, que cuenta con alrededor de 900 soldados desplegados en la República Centroafricana, advirtió al Vaticano a principios de este mes que la visita podría ser arriesgada, y el itinerario exacto del Papa ha estado en el aire hasta los últimos días antes de su llegada.
Gabriel Ouamale, de 33 años, que vende recuerdos como camisetas y paraguas con la imagen del Papa frente a la catedral de Bangui, dijo que las ventas no habían subido hasta la última semana.
"Había gente que dudaba, que dijo que no podía venir por la situación del país", dijo.
Se prevé que cientos de miles de habitantes de la ciudad acudan a ver a Francisco, que celebra una misa en la catedral este domingo.
Otros desafiarán los controles de los rebeldes y de la milicia para viajar a Bangui desde el resto del país, y creyentes de la vecina República Democrática del Congo cruzarán el río Ubangi en piraguas para contemplar al Papa.
El Gobierno de la República Centroafricana ha desplegado unos 500 policías y gendarmes para proteger su visita. También habrá sobre el terreno más de 3.000 soldados de paz de la misión MINUSCA de la ONU y las tropas francesas estarán en alerta.
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