El dragón azul, de nombre científico Glaucus atlanticus, es un nudibranquio. Un tipo de molusco que en inglés recibe el nombre de “babosa de mar” – sea slug. Y aunque no es una babosa en sentido estricto, los dos son gasterópodos y sí que recuerda un poco a sus “primos lejanos” terrestres.
Lo que no cuadra mucho es el nombre. Dragón azul, no tiene mucho sentido. Azul sí, pero ¿dragón? Hasta que te enteras de cómo se comporta este invertebrado, y te das cuenta de que es tan temible como pudiera ser un dragón.
Lo que no cuadra mucho es el nombre. Dragón azul, no tiene mucho sentido. Azul sí, pero ¿dragón? Hasta que te enteras de cómo se comporta este invertebrado, y te das cuenta de que es tan temible como pudiera ser un dragón.
Para empezar, se alimenta de otros animales. Todos ellos venenosos. Curiosamente, cuanto más venenosos mejor. Una de sus presas favoritas es la carabela portuguesa (Physalia physalis), una medusa con una picadura realmente dolorosa para cualquier animal, incluido el ser humano.
Pero no para el dragón azul, que es inmune a su toxina. Y si fuese sólo eso… No sólo la toxina no le afecta, si no que es capaz, durante el proceso digestivo, de seleccionar las células urticantes de las medusas y quedárselas para su propio uso. Como sistema de defensa o incluso de ataque.
Por si todo esto no fuese bastante como para considerar al dragón azul como una amenaza, todavía puede hacer algo más. Es capaz de concentrar el veneno que recupera de sus presas, aumentando con ello el daño que realiza. Algo así como si “enriqueciese” las picaduras.
Así que bien visto, el nombre de dragón está bien elegido. Porque ese nombre nos trae a la cabeza un animal que parece increíble, y que es realmente peligroso. Exactamente como Glaucus atlanticus.
Pero no para el dragón azul, que es inmune a su toxina. Y si fuese sólo eso… No sólo la toxina no le afecta, si no que es capaz, durante el proceso digestivo, de seleccionar las células urticantes de las medusas y quedárselas para su propio uso. Como sistema de defensa o incluso de ataque.
Por si todo esto no fuese bastante como para considerar al dragón azul como una amenaza, todavía puede hacer algo más. Es capaz de concentrar el veneno que recupera de sus presas, aumentando con ello el daño que realiza. Algo así como si “enriqueciese” las picaduras.
Así que bien visto, el nombre de dragón está bien elegido. Porque ese nombre nos trae a la cabeza un animal que parece increíble, y que es realmente peligroso. Exactamente como Glaucus atlanticus.
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