lunes, 26 de octubre de 2015

Artículo de Sociología: Adaptando estilos de vida

Por Mati Cardeñas

El American way of life o estilo de vida americano, ha sido siempre una de las pautas a seguir por todas las sociedades a lo largo de muchos años.

Así es como los propios estadounidenses llaman a su forma de vivir la cultura. Es un pensamiento colectivo que hace referencia a lo que ellos creen que es la vida ideal. En primer lugar, se refieren a ello como el derecho a ser más libres que los otros países y en segundo lugar, al derecho a tener armas.
Su estilo de vida ha sido siempre el más codiciado por todo el mundo, pero debemos ser conscientes de que esto es así debido a la imagen que nos ha mostrado Hollywood. Y dejándonos llevar por esta imagen, ha sido como muchísimas personas han inmigrado a Estados Unidos creyendo que serían recibidos de manera amistosa y han acabado siendo esclavos, consumistas compulsivos y, en algunos casos, volviéndose obesos.

En este artículo queremos plasmar cómo España ha ido adaptando su cultura a la cultura estadounidense. Cómo ha ido añadiendo pautas estadounidenses de comportamiento y de vida a la vida española.

En primer lugar, la alimentación. Estados Unidos ha sido siempre un gran consumidor de grasas saturadas, carnes, dulces, azúcar y cualquier tipo de bebida y comida que tenga sabores, conservantes y colorantes artificiales.

Marcas como McDonald’s, KFC, Pizza Hut, etc, han sido las culpables del cambio en España. Nuestros padres se conformaban con ir a comer una hamburguesa al bar del barrio, sabiendo lo que iban a consumir. Sin embargo, los americanos se ocuparon de “colonizar” esta parte gastronómica, creando la necesidad de comer en un momento para terminar nuestro horario laboral. Miles de franquicias fueron traídas desde Estados Unidos para “hacernos la vida más fácil”, trayéndonos cadenas de comida rápida, cafeterías rápidas, etc, y lo que es más grave, nos trajeron la hipertensión arterial, la obesidad mórbida y la diabetes provocadas por este tipo de comida.

En segundo lugar, el consumismo, ese gran olvidado que nadie quiere pronunciar.

Decir en público que te consideras consumista, es, hoy en día, una palabrota. Una etiqueta que te aleja de los demás, de aquéllos y aquéllas que se consideran no-consumistas. Pero, ¿existen realmente las personas no-consumistas? Estados Unidos transformó la publicidad en la necesidad compulsiva de adquirir productos llamativos pero inútiles en algunos casos. Sólo tenemos que pensar en la tele-tienda y todas esas máquinas de ejercicio que, al fin y al cabo, sólo sirven para saber dónde gastar el dinero que tenemos ahorrado para ir al gimnasio.

Por otra parte, debemos incluir la amenaza bélica.

Antes de que Estados Unidos decidiera dar publicidad a sus armas nucleares y sus ansias de conquistar el mundo más oriental, España no conocía el alcance al que estas armas podían llegar. Conocíamos lo ocurrido en nuestra Guerra Civil y no podíamos imaginarnos lo que los terroristas podrían llegar a hacer a las torres gemelas. No éramos capaces de concebir cuánto daño podían hacer estas armas.

Sin embargo ahora, y como ciudadana de este mundo hipócrita, puedo decir que vivimos con miedo. O quizás con morbo. ¿Qué será lo siguiente que nuestros presidentes pondrán en marcha? ¿Qué nueva arma de destrucción masiva ocupa la mente de los mandamases del mundo? Creo que no soy la única que en algún momento se plantea estas cuestiones.

Otro punto a tener en cuenta del estilo de vida americano es el capitalismo.

Según los estadounidenses, si tienes dos vacas y quieres hacer negocio, debes vender una y forzar a la otra a producir la leche que producirían cuatro vacas y nos sorprendemos si ésta pobre vaca cae muerta. ¿No sería más lógico vender una de las vacas y comprar un toro? Pues no. Para nuestros vecinos de norteamérica, es más fácil la primera opción.

Y bien, señores convecinos de España, nosotros hemos adaptado esta forma de ver el mercado y los negocios. Si queremos mejorar nuestra economía empresarial, despediremos a un empleado, dejándole al otro todo el trabajo del primero hasta que no pueda más, lo agobiaremos y maltrataremos hasta que él decida irse. Para no tener que pagarle indemnización, claro.

En cuanto a las fiestas, a los españolitos nos gusta añadir días festivos o crear noches de juerga. Es por eso que la gran noche de brujas, o Halloween, fue acogida con los brazos abiertos. Aunque sí es cierto que a día de hoy, existe mucha gente que en vez de celebrar la noche del 31 disfrazándose de algo muerto, prefiere ir el día siguiente a visitar a sus difuntos y llevarles un obsequio.

Y, ¿qué me dicen de la Coca-Cola? Qué gran invento. Nos saturan con un osito, que viene en camión y nos trae la felicidad embotellada. No hay más que meterse en alguna web de esta marca y leer la visión, misión y objetivos de esta bebida refrescante. Un sorbo de ella y ya eres inmensamente feliz. Sí, señor.

Y ya, por último y poniéndonos serios, Estados Unidos hizo que el día 11 de Septiembre fuera recordado siempre, en honor a todas las personas fallecidas en el atentado. Pero, aún así, existen estadounidenses que llaman a este día como “el día en que debemos pensar en Afganistán aunque no sepamos siquiera dónde queda”, o “día de aún no nos vengamos lo suficiente de los árabes”. En cuanto a esto, nos reservaremos el derecho de opinar, nosotros también.

Gracias a la gran crisis que sufrimos en España, hoy en día muchas personas deciden inmigrar a Estados Unidos con la esperanza de encontrar un buen trabajo o al menos de ahorrar para poder “medio-vivir” en España. Es por eso que si buceamos por Internet encontramos muchas páginas web que se dedican a enseñarnos cómo actuar allí, si queremos vivir en USA y cómo debemos adaptarnos.

Citaremos unas cuántas pautas:

1. Se debe sonreír contínuamente. (Y digo yo, si los estadounidenses van tan estresados, ¿se sonríen?)

2. Respetar las banderas y todos los símbolos patrióticos. Si suena el himno, levántate y escúchalo con respeto.

3. Aprende a respetar la ley. Son normas que la sociedad se impone a sí misma para vivir en libertad. Está muy mal visto incumplir la ley.

4. Pagar impuestos es sagrado. (Esto no cambia, compañeros/as)

5. Aprende cuándo son las fiestas religiosas más importantes. Felicita a un judío en Hannukah, a un musulmán o un chino en su año nuevo, te hará ganar consideración. (Id preparando un buen calendario)

Y dicho esto, una diferencia fundamental entre el estilo de vida americano y el español, es cómo vemos el trabajo.

A un estadounidense no le importa pasarse tres horas en coche para llegar al trabajo, trabajar cinco horas, después comer rápido, volver a casa para seguir trabajando y dormir tarde. Pero a un español nos gusta trabajar, pero no mucho, sus horas fijas, cobrar un buen sueldo, pensar en la jubilación y disfrutar el tiempo libre con su familia.

Para concluir, siento la necesidad de expresarme. Soy española, me siento española, pero el hecho de adaptar algunas pautas de vida de Estados Unidos, no me convierte en la consumista hipócrita ni en la capitalista extrema que quieren hacernos creer.

No hemos de sentirnos culpables por elegir un estilo de vida u otro. Por comer en una franquicia de comida rápida o en el bar de la esquina de casa. Por llevar unas zapatillas para correr o preferir las del bazar chino más cercano.

Me siento orgullosa de mí, de donde vivo. Me siento del mundo.

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