En las elecciones del 25 de enero, Syriza rozó la mayoría absoluta y alcanzó un 36,3%, mientras que Nueva Democracia obtuvo un 27,8%. En un Parlamento con nueve partidos -en la legislatura que acaba de expirar había siete- GPO sitúa a los neonazis de Amanecer Dorado como tercera fuerza, con un 5,5%, un puesto que le otorgan prácticamente todos los institutos.
En cuarto lugar se sitúa la lista conjunta de los socialdemócratas de Pasoky de la izquierda moderada de Dimar, con un 5,3%, seguidos del comunista KKE, con un 5,1%, y el centrista To Potami, con un 4,6%.
El nuevo partido Unidad Popular, formado a partir de la escisión del ala radical de Syriza, alcanza un 4% y, por primera vez desde su fundación en la década de los años ochenta del siglo pasado, la centrista Unión de Centro entraría en el Parlamento con un 3,2%. En la cola se coloca el hasta ahora socio de la coalición gubernamental con Syriza, los nacionalistas Griegos Independientes, que obtienen el 3% mínimo para entrar en el Parlamento.
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, sigue siendo el líder más valorado, con casi un 29,5% de apoyo entre los votantes, pero su popularidad se ha desplomado en los últimos meses, ya que este porcentaje ascendía al 70% el pasado marzo. La mala situación económica que atraviesa Grecia, la aceptación del rescate y, sobre todo, el corralito, han hecho mella en la figura de Tsipras.
El respaldo a Syriza ha caído de forma sustancial entre los mayores de 50 años, es decir, entre los jubilados, muy afectados por el cierre bancario. Pese a ello, Syriza confía en los votantes que, hoy por hoy, se declaran indecisos para hacerse con la victoria en las urnas.
Según los sondeos, un 68,5% de los griegos juzga negativamente el acuerdo de rescate entre el Gobierno de Syriza y los acreedores, frente a un 30,3% que lo ve positivo. Además, una gran mayoría, el 66,7%, cree que no hubiera sido necesario convocar elecciones anticipadas, mientras que el 32,9% considera que sí lo era.
Un 41,8% quiere un Gobierno de unidad con participación de un máximo de partidos; un 17,7% es partidario de una coalición entre Nueva Democracia y Pasok; un 14,4% quiere una mayoría absoluta para Syriza; solo el 6% quiere que se repita la alianza Syriza-Griegos Independientes, y finalmente, un 5,6% opta por una cooperación entre Syriza, To Potami y Pasok.
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, sigue siendo el líder más valorado, con casi un 29,5% de apoyo entre los votantes, pero su popularidad se ha desplomado en los últimos meses, ya que este porcentaje ascendía al 70% el pasado marzo. La mala situación económica que atraviesa Grecia, la aceptación del rescate y, sobre todo, el corralito, han hecho mella en la figura de Tsipras.
El respaldo a Syriza ha caído de forma sustancial entre los mayores de 50 años, es decir, entre los jubilados, muy afectados por el cierre bancario. Pese a ello, Syriza confía en los votantes que, hoy por hoy, se declaran indecisos para hacerse con la victoria en las urnas.
Según los sondeos, un 68,5% de los griegos juzga negativamente el acuerdo de rescate entre el Gobierno de Syriza y los acreedores, frente a un 30,3% que lo ve positivo. Además, una gran mayoría, el 66,7%, cree que no hubiera sido necesario convocar elecciones anticipadas, mientras que el 32,9% considera que sí lo era.
Un 41,8% quiere un Gobierno de unidad con participación de un máximo de partidos; un 17,7% es partidario de una coalición entre Nueva Democracia y Pasok; un 14,4% quiere una mayoría absoluta para Syriza; solo el 6% quiere que se repita la alianza Syriza-Griegos Independientes, y finalmente, un 5,6% opta por una cooperación entre Syriza, To Potami y Pasok.
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