El papa Francisco se reunirá este domingo con el pueblo cubano en la Plaza de la Revolución de La Habana, en el segundo día de una visita a este país comunista largamente aislado, al que llamó a abrirse y recuperar su vocación de "punto de encuentro".
Al día siguiente de su llegada en medio del fervor popular, Jorge Bergoglio vivirá el momento más intenso de su visita, cuando celebre hacia las 09H00 locales (13H00 GMT) una misa en la enorme plaza donde sus predecesores Juan Pablo II, en 1998, y Benedicto XVI, en 2012, se encontraron con una gran masa de fieles, entre un gran monumento en honor al héroe nacional José Martí y un retrato gigante del 'Che' Guevara.
Se espera que asista casi un millón de personas, incluidos 3.500 invitados oficiales, entre los que destacan el presidente cubano, Raúl Castro, y la mandataria argentina, Cristina Kirchner.
En la calurosa recepción de la población y de las autoridades al papa argentino, Raúl Castro abordó profusamente en su discurso de bienvenida los temas preferidos del pontífice: la protección del medio ambiente de cara a la conferencia de París y la defensa de la paz.
Al anochecer de este domingo, después de una ceremonia en la Catedral, Francisco tendrá un encuentro con jóvenes cubanos. Será la ocasión de mostrar su espontaneidad en un diálogo improvisado, donde debe dar coraje a una juventud en dificultades en una isla en plena transición económica.
Francisco se reunirá también este domingo en el palacio presidencial con Raúl Castro, quien probablemente le agradecerá su papel de facilitador en el acercamiento con Estados Unidos. Pero también puede que sostenga una entrevista con su hermano mayor, el padre de la revolución cubana Fidel Castro, de 89 años, durante la jornada. "Si se da, yo pienso que se da mañana", dijo el sábado a los periodistas el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi.
Benedicto XVI tuvo un encuentro con Fidel Castro durante su visita en 2012.
A su llegada al aeropuerto de La Habana, el papa rogó a Raúl Castro que transmitiera sus "sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel".
El padre Lombardi resumió el sábado por la noche los grandes asuntos que preocupan a Francisco en este viaje, que él mismo había comentado en el avión con los periodistas. Las preocupaciones que el papa debe abordar a lo largo de este periplo de ocho días que lo llevará el martes a Estados Unido son la paz, amenazada por "una Tercera Guerra Mundial por etapas", las migraciones y la necesidad de acoger a los inmigrantes, y la cultura del diálogo, que "debe permitir construir puentes".
Justo antes de partir a Cuba el sábado, el papa contó haber estado "muy emocionado" por un encuentro con una familia cristiana de Damasco, a la que El Vaticano decidió acoger. Además, declaró que el mundo está "sediento de paz".
El papa destacó que Cuba, que se ha mantenido aislada durante largo tiempo por un embargo estadounidense, debe recuperar la vocación que la geografía le dio como "punto de encuentro". "Cuba es un archipiélago que mira hacia todos los caminos, con un valor extraordinario como 'llave' entre el norte y el sur, entre el este y el oeste. Su vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad", expresó ante Raúl Castro el papa, quien ve a Cuba en la vanguardia de un nuevo diálogo en América.
La visita de Francisco es la tercera de un papa a esta isla, que tiene apenas un 10% de católicos practicantes, aunque los bautizados son muchos más.
Este trato especial obedece a la voluntad del pontífice de privilegiar a las "periferias" y a un mensaje que él quiere llevar a Estados Unidos: la reconciliación con Cuba debe ser irreversible y debe contribuir al fin de la polarización en América Latina en torno a la revolución cubana.
El papa irá el lunes y el martes a Holguín y Santiago de Cuba, en el oriente de la isla.
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