Rapidez, ritmo, espacios mínimos, transiciones veloces y, sobre todo, intensidad. Los primeros minutos del Eibar-Atlético de Madrid fueron trepidantes. Bien es cierto que la velocidad del juego, que se mantuvo durante toda la primera parte, no se tradujo en ocasiones, pero la sensación para el espectador fue que los primeros 45 minutos pasaron en un suspiro.
Eibar y Atlético eran sabedores de la importancia de pelear por cada balón en espacios muy reducidos. El campo armero es ya de por sí un terreno de juego que no da demasiadas facilidades para parar el balón y pensar sin oposición de un rival, pero si a eso se le suman dos conjuntos con mucha ambición por llevarse cada jugada a su terreno, se presenta un partido más parecido al fútbol inglés que al español.
Eibar y Atlético eran sabedores de la importancia de pelear por cada balón en espacios muy reducidos. El campo armero es ya de por sí un terreno de juego que no da demasiadas facilidades para parar el balón y pensar sin oposición de un rival, pero si a eso se le suman dos conjuntos con mucha ambición por llevarse cada jugada a su terreno, se presenta un partido más parecido al fútbol inglés que al español.
Simeone salía con todo arriba y con su hombre de moda: Antoine Griezmann. El francés estuvo en todas partes. Tiene libertad total para moverse por dónde quiera y el galo se siente muy cómodo tomando él las decisiones. Además lo hace bien. Fue el más incisivo de su equipo a la hora de combinar, ya fuese por dentro o por las bandas, y la mayoría de acciones de peligro rojiblancas nacieron en sus botas. En el segundo acto bajó su aportación.
El Eibar también jugaría una buena primera mitad. Adrián puso el talento en el centro y el dúo Saúl Berjón-Keko se mostró incisivo a la hora de crear problemas a la zaga rojiblanca. Filipe fue el que peor lo pasó. Tras un inicio sin dominador claro fue el Atlético el que empezó a precisar más sus pases que el rival y a partir de ahí creció en el juego.
Un disparo de Jackson Martínez supuso la ocasión más clara del cuadro visitante en el primer acto. No sería la única aunque sí la más clara junto a otra de Vietto, previa acción entre Koke y Jackson. El argentino estuvo menos fino que su compañero en ataque mientras que el colombiano empieza a demostrar sus virtudes. Aguantó a la perfección el balón, se entendió bien con sus compañeros y demostró que calidad y potencia pueden estar unidas.
Simeone tiene claro este año que las alternativas que tiene en el banquillo están para utilizarlas, no sólo para casos extremos. Al Cholo no le tembló el pulso y en el descanso retiró a su pareja en ataque, Jackson-Vietto,para dar entrada a sus dos Torres: Óliver y Fernando. Filipe tendría la mejor ocasión en los primeros minutos, pero un paradón de Riesgo dio alas al Eibar que se hizo dueño y señor del choque en los siguientes compases del mismo.
Cuando peor lo estaba pasando el Atlético de Madrid llegó el Ángel que necesitaba. Correa entraba a la hora de partido y sólo tardaba un minuto en marcar el 0-1 con un gol muy suyo y que recuerda al Kun Agüero, uno de sus referentes. La asistencia fue de Torres, que controló un balón largo, lo dejó en los pies de Correa y el argentino rompió a sus marcadores gracias a un movimiento con el cuerpo que merecía el final que tuvo: el gol. Un minuto en el campo y tanto decisivo. El futuro ya está aquí.
El Eibar también jugaría una buena primera mitad. Adrián puso el talento en el centro y el dúo Saúl Berjón-Keko se mostró incisivo a la hora de crear problemas a la zaga rojiblanca. Filipe fue el que peor lo pasó. Tras un inicio sin dominador claro fue el Atlético el que empezó a precisar más sus pases que el rival y a partir de ahí creció en el juego.
Un disparo de Jackson Martínez supuso la ocasión más clara del cuadro visitante en el primer acto. No sería la única aunque sí la más clara junto a otra de Vietto, previa acción entre Koke y Jackson. El argentino estuvo menos fino que su compañero en ataque mientras que el colombiano empieza a demostrar sus virtudes. Aguantó a la perfección el balón, se entendió bien con sus compañeros y demostró que calidad y potencia pueden estar unidas.
Simeone tiene claro este año que las alternativas que tiene en el banquillo están para utilizarlas, no sólo para casos extremos. Al Cholo no le tembló el pulso y en el descanso retiró a su pareja en ataque, Jackson-Vietto,para dar entrada a sus dos Torres: Óliver y Fernando. Filipe tendría la mejor ocasión en los primeros minutos, pero un paradón de Riesgo dio alas al Eibar que se hizo dueño y señor del choque en los siguientes compases del mismo.
Cuando peor lo estaba pasando el Atlético de Madrid llegó el Ángel que necesitaba. Correa entraba a la hora de partido y sólo tardaba un minuto en marcar el 0-1 con un gol muy suyo y que recuerda al Kun Agüero, uno de sus referentes. La asistencia fue de Torres, que controló un balón largo, lo dejó en los pies de Correa y el argentino rompió a sus marcadores gracias a un movimiento con el cuerpo que merecía el final que tuvo: el gol. Un minuto en el campo y tanto decisivo. El futuro ya está aquí.
El Eibar acusó en demasía el tanto rojiblanco y terminó de hincar la rodilla con el 0-2 de Fernando Torres en el 77’. Hubo cambio de papeles con los dos protagonistas del 0-1. Correa fue el asistente esta vez y Torres cerraba el choque con un gol que, salvando las distancias, fue muy parecido al que marcó con España en Viena en la Eurocopa de 2008. Balón entre líneas y toque sutil para picar el esférico sobre el portero. Fin del choque y segundo gol en Liga del ‘Niño’, uno más que Jackson.
En Ipurúa, el Atlético cerró una semana de recuperación total tras caer ante el Barcelona. Las victorias ante Galatasaray en Champions y Eibar en Liga vuelven a entonar al Atlético de Simeone, que ya sabe que tiene un Ángel de la guarda llamando a su puerta.
En Ipurúa, el Atlético cerró una semana de recuperación total tras caer ante el Barcelona. Las victorias ante Galatasaray en Champions y Eibar en Liga vuelven a entonar al Atlético de Simeone, que ya sabe que tiene un Ángel de la guarda llamando a su puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario