Durante la guerra fría "M.A.D." tenía un significado terrorífico: "Mutua Destrucción Asegurada". Era la estrategia de la confrontación atómica USA/URSS sobre la que descansaba la inestable estabilidad mundial. Ni unos ni otros usarían el botón nuclear por cuanto no quedaría ni un ruso ni un americano para celebrar la victoria.
Ahora el populista gobierno griego ha querido revitalizar este concepto fundamentando su proceso "negociador" en una tan suicida como mema "estrategia de juego": la certeza de que cualquier medida de presión sobre Grecia sería imposible por el enorme daño que generaría en los acreedores de la Unión Europea. Así se "entiende" esa "no negociación" del sonriente y amenazante Varoufakis que perdió seis meses negándose a cualquier reforma de fondo.
Pero esta Grecia no tiene nada que ver con la de Aristóteles o Platón. Es la Grecia del clientelismo, de la Administración hipertrófica, del pésimo nivel de educación, de la nula productividad, de la mínima exportación, de los privilegios (para trabajadores, Banca, navieros e Iglesia Ortodoxa), del presupuesto militar más alto de Europa, del déficit permanente. En suma, de vivir por encima de sus posibilidades... sobre el crédito europeo. Exigiendo que sigamos manteniendo sus fastos y sus gastos.
Llegó Syriza prometiendo lo que no podía cumplir, porque dependía de sus acreedores. Y envolviéndose en la bandera llamó a rebato. En lugar de argumentos movilizó sentimientos: "la patria humillada, el torvo alemán". Exactamente igual que hacía Franco cuando cubría sus deficiencias con el pretexto de la "conjura internacional". Y ahora Tsipras ha tenido que aceptar todo lo que siempre negó. Tragándose su propio referéndum. Traicionando todo lo dicho, todo lo hecho. M.A.D., efectivamente pero en su traducción literal: "loco". Estrambote hispano, Syriza es la materialización del populismo falaz de Podemos.
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