Aunque el Partido Popular sigue siendo la fuerza más votada de cara a un las elecciones generales que se celebrarán –en principio- a finales de año, el conjunto de los resultados que pronostica el macrosondeo delCentro de Investigaciones Sociológicas que se ha hecho público este jueves es dramático para los populares.
El principal problema del PP no es que el PSOE se acerque peligrosamente –está ya a sólo un punto- sino que de no mediar una política extraordinariamente hábil de pactos, perderá prácticamente todo su poder autonómico y municipal tras el 24 de mayo.
Además, el sondeo se realizó durante el pasado mes de abril, antes de la espectacular detención de Rodrigo Rato, por lo que no recoge la hipotética influencia de este acontecimiento en el electorado. Del mismo modo, tampoco se reflejan los cambios que pudiese producir la salida deJuan Carlos Monedero de la dirección de Podemos.
Descalabro autonómico
El PP sólo alcanzaría la mayoría absoluta en Castilla y León, y se quedaría relativamente cerca de ella en Castilla-La Mancha y en feudos menores como La Rioja o Cantabria.
En los demás, incluidos Madrid y la Comunidad Valenciana, se quedaría lejísimos de esa mayoría y en algunas plazas incluso se darían vuelcos tan significativos como que José Antonio Monago no lograría ni siquiera ser la primera fuerza en Extremadura, viéndose superado por el PSOE si bien por un estrecho margen.
En Baleares, otro feudo tradicional del PP el desplome les lleva a perder cerca de veinte puntos, mientras que en Navarra el socio de los populares, UPN, empataría con Podemos quedando Bildu como tercera fuerza
Mal también en los ayuntamientos
Tampoco en las grandes ciudades el PP logra mantenerse, incluso referentes electorales del partido como Esperanza Aguirre o Rita Barberáno tienen asegurados ayuntamientos tan emblemáticos como Madrid o Valencia –aunque el resultado de la valenciana parecerá sorprendente a muchos.
En Sevilla, Juan Ignacio Zoido pierde casi la mitad de sus concejales y en Barcelona los populares se ven desplazados hasta la sexta posición -eran terceros-, superados no sólo por la coalición de Ada Colau sino también por Ciudadanos, el PSOE y ERC y, por supuesto, por CiU. Zaragoza supondría también un duro correctivo para los populares y el único gran ayuntamiento en el que el PP casi logra mantenerse sería Vitoria, donde tampoco tendría fácil formar gobierno.
En conjunto se podría hablar de la mayor pérdida de poder autonómico y municipal de la historia de nuestra democracia y, a la espera de los pactos postelectorales, sería una compleja tarjeta de presentación para las elecciones generales, ya que resulta muy poco probable que esta debacle –y los buenos resultados de otros partidos- no influyesen en el ánimo de los votantes.
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