Vía El Mundo
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha confirmado oficialmente este viernes la salida de Cuba de su listado de países que apoyan el terrorismo, al que ingresó en 1982 por iniciativa del entonces presidente Ronald Reagan. La causa: el apoyo de La Habana a las guerrillas izquierdistas que actuaban en América Central. . Hoy expiran los 45 días que según la ley que había que esperar desde que Obama comunicó al Congreso que quería sacar a Cuba de esta lista negra.
Esto permite a La Habana que sus diplomáticos puedan abrir cuentas bancarias. Así se cumplen las condiciones impuestas por la isla comunista para el restablecimiento de relaciones diplomáticas a nivel de embajadores. Es lo que se anunció de forma simultánea el 17 de diciembre pasado por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro.
Se espera, tras la cuarta ronda de negociaciones -hubo una quinta dedicada a los derechos humanos- que los dos países anuncien en cualquier momento el intercambio de embajadores. Esto no será fácil, al menos para Estados Unidos, ya que dos senadores de origen cubano, el republicano Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez, han expresado que harán todo lo posible para bloquear el nombramiento de un embajador estadounidense en La Habana. "No sólo no enviaremos un embajador. Vamos a hacer todo lo posible para no incrementar el presupuesto del Departamento de Estado al ampliar la embajada en La Habana", ha dicho Rubio.
Desde 1977, a raíz de un tímido deshielo iniciado por el entonces presidente Jimmy Carter, las relaciones entre los dos países se dan a nivel de "secciones de intereses", bajo la protección del Gobierno suizo, que deberá ser advertido en las próximas horas del cese de su jurisdicción sobre las dos misiones diplomáticas.
Si el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde tienen asiento Rubio y Menéndez, no aprueba el nombramiento de un embajador en La Habana, el actual jefe de la Sección de Intereses, Jeff de Laurentis, asumiría el cargo de "encargado de negocios". En contrapartida, como un embajador cubano en Washington necesita apenas ser nombrado por el ministerio de Exteriores, en los primeros tiempos habría un desequilibrio entre las dos capitales.
Sin embargo, Obama puede adaptar una estrategia distinta: nombrar un embajador en La Habana a espaldas del Senado. Es lo que se llama un 'nombramiento de receso', o sea, puede poner a un diplomático aprovechando las vacaciones de verano.
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