Por Raquel Márquez
Todos hemos tenido, o tendremos, en algún momento de nuestra existencia una crisis de ansiedad, conocida más habitualmente como crisis de angustia o ataque de pánico. Es un problema que afecta aproximadamente al 3% de la población, aunque en realidad su incidencia es aún mayor ya que muchas personas no solicitan ayuda y por tanto no llegan a ser diagnosticadas y a entrar en la estadística.
Las crisis de ansiedad ocurren sin previo aviso y pueden generar una respuesta de miedo intenso ya que al tener síntomas parecidos a los de un infarto muchas personas reaccionan con mayor intensidad y nerviosismo. Es más común en las mujeres que en los hombres y la primera crisis puede aparecer en cualquier momento y a cualquier edad, aunque normalmente los síntomas suelen aparecer en la adolescencia o juventud y tienden a disminuir en la vejez.
Las crisis de ansiedad tienden a repetirse cuando no tomamos medidas contra ellas, de modo que se genera una especie de círculo vicioso de miedo y tensión que a su vez alimenta la ansiedad y provoca nuevos episodios de pánico. Sin embargo es algo relativamente fácil de controlar, el tratamiento de terapia tiene una efectividad de entre un 70 y un 90% de posibilidades de controlar los síntomas.
En este breve artículo queremos indicaros los principales síntomas de una crisis de ansiedad para que seáis capaces de reconocerlos por vosotros mismos en cualquier momento. No importa que no hayáis tenido nunca una, pues como ya he explicado más arriba aparecen de repente y en cualquier momento. En la sociedad en que vivimos, cada día con más estrés y menos tiempo personal, el número de personas que sufren crisis de ansiedad aumenta por momentos, por lo que es buena idea tener un patrón para poder identificarlas y, si nos vemos capaces, tratar nosotros mismos de paliar los primeros síntomas.
Si alguna vez tenéis una crisis y no sois capaces de tomar el control sobre los síntomas, sin ayuda, no os preocupéis, es algo normal, incluso a personas con formación en el tema, como los psicólogos, nos cuesta a veces controlarlos. Aunque también hay ocasiones en que se sufre de ansiedad de forma inconsciente, a través de tener insomnio o falta de concentración por ejemplo, vamos a presentaros los síntomas evidentes principales.
Si alguna vez tenéis una crisis y no sois capaces de tomar el control sobre los síntomas, sin ayuda, no os preocupéis, es algo normal, incluso a personas con formación en el tema, como los psicólogos, nos cuesta a veces controlarlos. Aunque también hay ocasiones en que se sufre de ansiedad de forma inconsciente, a través de tener insomnio o falta de concentración por ejemplo, vamos a presentaros los síntomas evidentes principales.
Principales síntomas de una crisis de ansiedad
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de ahogo o dificultad para respirar
- Opresión torácica
- Palpitaciones y aumento de la frecuencia cardiaca
- Sensación de atragantarse
- Náuseas
- Mareos, pérdida del equilibrio y/o desmayo
- Sensación de hormigueo o entumecimiento
- Escalofríos o sofocos
Como se puede comprobar, la mayoría de los síntomas de una crisis de ansiedad son similares a los que se experimentan durante un infarto, esto se debe a que durante estos episodios nuestro cuerpo reacciona produciendo “hormonas del estrés”, que son las que generan todos esos síntomas que he enumerado.
¿Cómo diferenciar una crisis de un infarto?
Los síntomas de la crisis de ansiedad suelen ir acompañados de:
- Sensación de irrealidad o de despersonalización (como estar separado del cuerpo)
- Miedo a perder el control
Además, casi siempre está antecedida por situaciones de gran estrés, como por ejemplo la pérdida de una persona querida, una gran discusión, un cambio vital brusco, un proyecto laboral estresante o un conflicto familiar. En muchos de los casos, anteriormente a la crisis la persona suele haber tenido pequeños avisos con signos más leves, como náuseas, mareos, dificultad para respirar y palpitaciones, por ejemplo.
Un factor clave para diferenciar una crisis de ansiedad de cualquier otro malestar es el tiempo. En una crisis de ansiedad los síntomas se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión durante los primeros 10 minutos, después de estos van remitiendo. Esta es una de las razones para aprender a controlar los síntomas de una crisis ya que su máxima duración será de 10 minutos y dada su aparición brusca y sin previo aviso no siempre vamos a estar cerca de un servicio de emergencia para acudir a este. Lo más efectivo que podemos hacer ante la aparición de los primeros síntomas es tratar de relajarnos y respirar, que puede parecer difícil de hacer en el momento en que se están sufriendo los síntomas pero si se consigue recordar eso pueden sobrellevarse mucho mejor.
Una buena alternativa, de uso muy común y acertado, es usar una bolsa para respirar. Esto se debe a la falta de aire que se produce que va acompañado de un aumento en la profundidad y frecuencia de la respiración, lo que conocemos como hiperventilación. En la respiración normal el oxígeno (O2) que respiramos pasa de los pulmones a la hemoglobina de los glóbulos rojos en sangre. Mientras que el dióxido de carbono (C02) pasa de los tejidos a los glóbulos rojos y de estos a los pulmones para expulsarlo, por lo tanto existe un equilibrio entre ambos. Sin embargo en la hiperventilación la captación de O2 y la expulsión de CO2 no es simétrica, debido a la rapidez con que se respira se expulsa más CO2, por lo que se produce una concentración de oxígeno, por lo que es necesario reestrablecer el equilibro ya que sino se podría llegar a sufrir convulsiones. Para esto se utiliza la bolsa, ya que al respirar dentro de esta aumentamos la cantidad de CO2 inspirado y reestablecemos el equilibrio normal de la respiración.
De esta forma tan sencilla podéis paliar uno de los síntomas más molestos de una crisis de ansiedad ya que la falta de aire tiende a poner cada vez más nerviosa a la persona y a aumentar los síntomas. No obstante, aunque seáis capaces de controlar con esto ese síntoma la primera vez es necesario acudir a terapia para que os enseñen cómo controlarlos todos, además si las crisis provocan mucho malestar a veces es necesario la utilización de algún ansiolítico para relajar. Otra de las opciones más sanas para controlar la ansiedad, a diario, no en una crisis, es practicar deporte habitualmente.
Si aún después de este artículo no estáis seguros de cómo actuar correctamente ante una crisis de ansiedad o tenéis alguna consulta os ofrecemos la posibilidad de escribirle, a través el formulario de contacto, a nuestro equipo psicológico y os ayudaremos encantadas.
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