Telefónica ha registrado un beneficio neto, en 2014, de 3.001 millones de euros, un 34,7% menos que en el año anterior. Los ingresos ascendieron a 50.377 millones de euros, lo que supone una caída del 11,7% en el año. El resultado operativo antes de amortizaciones e impuestos (OIBDA) del grupo retrocedió un 18,7%, hasta los 15.515 millones.
El gigante español atribuye a varios impactos extraordinarios, que se han producido especialmente en el cuarto trimestre, la fuerte caída del beneficio neto. Entre ellos, el impacto de la adopción del nuevo tipo de cambio (SICAD II) en Venezuela (-399 millones de euros), la provisión por gastos de reestructuración (-405 millones de euros) y el ajuste en la valoración de Telco, la sociedad tenedora de la participación en Telecom Italia (-257 millones de euros). También tuvieron un impacto negativo la desconsolidación de la filial checa desde enero de 2014 y de la irlandesa desde julio de 2014, consecuencia de la venta de ambas compañías. Descontando todos los efectos extraordinarios del conjunto del año, el beneficio neto consolidado alcanza los 4.462 millones de euros (-18,6%) y los ingresos crecerían un 2,6%.
La devaluación de Venezuela y el resto de extraordinarios han provocado que el beneficio caiga al nivel más bajo de los últimos 10 años. En cuanto a los ingresos, la caída de la cifra de negocio es la mayor en la historia reciente de la compañía. La facturación se sitúa en el nivel más bajo desde 2005. Con esas cifras, Deutsche Telekom se destaca como líder europeo por ingresos y Vodafone se sitúa segunda, con riesgo de que este año también le adelante Orange.
El presidente de Telefónica, César Alierta, ha destacado en el informe de presentación de resultados que “la ejecución de la estrategia de transformación en los últimos años y el evidente cambio de tendencias que se está produciendo nos llevan a incrementar el nivel de ambición para los dos próximos años”.
En este sentido, ha propuesto una serie de objetivos financieros y de retribución a los accionistas en los próximos dos años. La operadora propondrá amortizar el 1,5% del capital en autocartera y el pago de un dividendo de 0,75 euros, tanto en 2015 como en 2016 (aunque en este último ejercicio supeditado a la materialización de la venta de O2). La compañía prevé un crecimiento positivo de los ingresos del 7% en 2015 y del 5% en 2016, así como alcanzar un ratio de endeudamiento (medido como deuda neta/OIBDA) inferior a 2,35 veces en estos dos años.
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