Por Raquel Márquez
Austríaco de origen judío, Carl Djerassi llegó a Estados Unidos como refugiado durante la Segunda Guerra Mundial. Es el padre de la píldora anticonceptiva junto a Luis Miramontes y George Rosengkranz, su hallazgo generó no solo polémica sino grandes cambios sociales, especialmente para las mujeres.
Este no fue su único descubrimiento. Suya es la patente del primer antihistamínico, los alérgicos le pueden estar agradecidos por haber encontrado esa fórmula que palía muchos de los efectos que provocan las alergias.
Djerassi ha muerto a los 91 años en su casa de San Francisco a causa de las complicaciones provocadas por el cáncer de hígado y huesos que padecía, según ha explicado su hijo a los medios.
Su historia es como la de muchos otros a los que la guerra obligó a dejar su país. Con 16 años llegó a Nueva York junto a su madre y con sólo 20 dólares en los bolsillos. Llegó a escribirle una carta a Eleanor Roosevelt pidiendo ayuda, consiguiendo así una beca para continuar sus estudios en el Nuevo Mundo.
Tras pasar 10 años en México como presidente de los laboratorios Syntex, se estableció en Palo Alto y comenzó a coleccionar arte. En 1968 fundó Zoecon, una empresa dedicada al control de plagas de insectos. A nivel personal nunca se recuperó del suicidio de su hija, Pamela en 1978. Dedicada a la pintura, quiso rendirle tributo creando una finca con diferentes escenarios y estudios para actores, guionistas, pintores y escritores. Él mismo escribía, varias de sus obras se estrenaron en Broadway y es autor de dos autobiografías y casi una veintena de libros de ciencia ficción.
En 1978 fue reconocido con el Premio Wolf en Química. En 1991 el presidente Bush le otorgó la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación. Durante cinco décadas ha desarrollado una labor docente en la universidad, contaba con 34 doctorados honoríficos. Sus últimas publicaciones constan de 2011.
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