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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, considera que la evolución de la economía española permitirá crear en torno a un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015.
Rajoy analiza la situación económica del país y las perspectivas de futuro en una entrevista concedida a Efe con motivo de la clausura del 75 aniversario de la agencia.
El jefe del Ejecutivo hace un repaso de la situación heredada del Gobierno socialista y subraya que hoy las cosas ya han cambiado y, tras seis años, en 2014 España volvió a crecer un 1,3 o un 1,4 por ciento, ya que precisa que la cifra definitiva la dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística.
Hincapié especial hace en los datos de empleo, ya que, también después de años de destrucción de puestos de trabajo, en el ejercicio pasado hubo 417.000 personas más afiliadas a la Seguridad Social.
Rajoy explica que el Gobierno siempre ha sido muy prudente en sus previsiones porque considera que no tiene sentido hacer propaganda ni engañar a los ciudadanos, y, en ese contexto, enmarca que, pese a los vaticinios generalizados más optimistas de los analistas, el Ejecutivo augura un crecimiento del 2 por ciento del PIB en 2015.
Un año en el que espera que el crecimiento de afiliados a la Seguridad Social esté entre 550.000 y 600.000.
"Con lo cual, 400.000 afiliados más en 2014 y más de 550.000 o 600.000 en 2015, son cerca de un millón en estos dos años", avanza el presidente del Gobierno.
Es una cifra que reconoce aún insuficiente aunque considera importante, porque constata un cambio de tendencia.
"Ya pasamos a hablar de cuánto empleo vamos a crear y no de cuánto empleo vamos a destruir", enfatiza Rajoy, quien defiende seguir en la próxima legislatura manteniendo las mismas políticas que han demostrado ser eficaces.
El presidente destaca la importancia de la rebaja del IRPF y del impuesto de sociedades que ha entrado en vigor el 1 de enero y que tendrá una segunda fase en 2016, después de haber tenido que aprobar una subida de impuestos que confiesa que fue una de las decisiones más difíciles que tuvo que tomar.
Pero avanza sus intenciones para más adelante. En la medida en que España vaya creciendo y aumentando su actividad y, por tanto, la recaudación, si sigue como presidente, intentaría una nueva bajada de impuestos. "En cuanto pueda -precisa-, bajaremos más lo impuestos".
El jefe del Gobierno otorga un papel relevante a los agentes sociales en la recuperación económica por acuerdos que han firmado como los relativos a la moderación salarial, y considera que empresarios y sindicatos han tenido por ello un "comportamiento patriótico".
Ahora insiste en que "lo peor ha pasado", aunque reconoce que aún faltan cosas por hacer y asegura que, pese a lo complicado de la situación en determinados momentos, nunca pensó que no hubiera solución.
Rajoy asume que durante la legislatura ha tenido que tomar decisiones muy duras y está convencido de que entre los españoles, que califica de "un pueblo aguerrido", muchos entendieron las medidas que se fueron poniendo en marcha.
Llama la atención sobre el hecho de que se hayan mantenido los pilares del estado de bienestar, y ante la crítica de que la mejora de la economía aún no se nota en el bolsillo de los ciudadanos, asegura que se irá percibiendo con más intensidad.
El presidente del Gobierno compara la crisis de los últimos años con la que sufrió España cuando José María Aznar llegó al Ejecutivo y considera que tienen muchas diferencias, entre ellas que en 1996 se hablaba de entrar en el euro y, en 2012, del riesgo de abandonar esta moneda o de su propia pervivencia.
"No le deseo a ningún presidente del Gobierno del futuro de nuestro país que tenga que enfrentarse a una situación como ésta", señala Rajoy.
Reconoce la elevada deuda española, pero afirma que, a medida que haya crecimiento económico y creación de empleo se irá reduciendo, y así, de acuerdo con las previsiones, irá decreciendo a partir de 2017.
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