Por Sergio Ruiz.
El pasado 17 de diciembre EEUU y Cuba sorprendieron al mundo con la noticia de una apertura económica por parte régimen comunista dirigido por Raúl Castro, hermanísimo de Fidel. Esto supone el fin del embargo que el gigante norteamericano viene ejerciendo sobre la isla desde los años 60, tras alcanzar su punto crítico en los famosos 13 días de la Crisis de los misiles (1961), que estuvo a punto de desencadenar una 3a Guerra Mundial.
El pasado 17 de diciembre EEUU y Cuba sorprendieron al mundo con la noticia de una apertura económica por parte régimen comunista dirigido por Raúl Castro, hermanísimo de Fidel. Esto supone el fin del embargo que el gigante norteamericano viene ejerciendo sobre la isla desde los años 60, tras alcanzar su punto crítico en los famosos 13 días de la Crisis de los misiles (1961), que estuvo a punto de desencadenar una 3a Guerra Mundial.
Tanto Castro como Obama confirmaron, por tanto, que sus dos países restablecerán relaciones diplomáticas después de más de 50 años de hostilidad, desencuentros, ofensas, sanciones e incluso agresiones. La Cumbre de las Américas, que se presentaba como una de las más tensas ante la participación cubana, ahora ha adquirido un cariz bien distinto.
Las grandes pregunta que se suscita en el mundo es: ¿está apertura económica puede ser una antesala al fin de la dictadura de los Castro?
Ciertamente parece muy lejos esa posibilidad. De entrada, hay que ver como se desarrolla el proceso de normalización de Estados Unidos y Cuba en sus relaciones diplomáticas. Los próximos 21 y 22 de enero, en La Habana, van a llevarse a cabo las primeras reuniones y puntos de vista en común, según ha confirmado el Departamento de Estado norteamericano.
¿Qué implicarán dichas negociaciones? "Las conversaciones migratorias (con una cita semestral mantenida los últimos años) servirán de marco previo para lanzar una discusión con el Gobierno cubano sobre la normalización de las relaciones diplomáticas”, ha explicado la portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki.
El anuncio de la fecha de inicio de las conversaciones para normalizar las relaciones bilaterales coincidió con la noticia de la liberación en Cuba de otros cinco presos políticos. Se trata de miembros de la Unión Patriótica de Cuba, (Unpacu), según ha confirmado la propia organización opositora en un comunicado. Los excarcelados formaban parte de la lista de 53 nombres de presos políticos cuya liberación ha propuesto Washington, algo a lo que Cuba ha accedido en el marco del acuerdo con EE UU. El Gobierno de Obama, sin embargo, insiste en que es un paso que La Habana ha decidido dar por su cuenta, al igual que Washington decidió de forma unilateral aliviar algunas de las restricciones hacia la isla. "Llegamos a la conclusión de que la mejor manera de garantizar la liberación de esos individuos es no nombrarlos de forma pública”, ha reiterado Psaki.
* Capitolo de La Habana, 1929, en honor al edificio en donde se reúne la Cámara Alta de los EEUU, en Washington.
Como vemos, los intereses no sólo se limitan a la Administración Obama o a los designios de Raúl Castro. Las empresas estadounidenses, asimismo, están presionando también para levantar embargo a Cuba. No olvidemos que la posibilidad de que el capital privado entre en Cuba es una gran opción de negocio. Si revisamos 2014, las exportaciones totales de todos los bienes de Estados Unidos a la isla bananera fueron de apenas 273 millones de dólares. Devry Boughner Vorwerk, presidente de la recientemente lanzada Comisión Agrícola de Estados Unidos para Cuba y vicepresidente de Cargill, el mayor procesador privado de alimentos de Estados Unidos, ha asegurado que están presionando al Congreso para que levante el embargo de 50 años sobre la isla. "Nosotros ya nos hemos reunido y estamos trabajando en algunas recomendaciones sólidas".
El 19 de diciembre, apenas dos días después del histórico anuncio, el presidente Raúl Castro, en la reunión de la Asamblea cubana, se encargó de certificar que en lo esencial en su política no habrá un "cambio de rumbo".
En definitiva, economía y democracia parecen dos puntos aún muy lejanos uno del otro. Salir del régimen comunista, que lleva dominando la isla desde hace más de medio siglo, resulta harto improbable a corto o medio plazo. Por lo pronto, Castro hasta 2018 no tiene intención de dejar el poder. Quizá entonces la posibilidad de que el espíritu de Gorbachov aparezca por Cuba sea algo más factible.
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