El Banco Santander ha decidido simplificar su estructura organizativa, al reducir de quince a once el número de divisiones corporativas. Además, con esta medida ha dado más poder al vicepresidente Rodrigo Echenique, que pasará a ser consejero ejecutivo.
En un comunicado remitido hoy, el banco que preside Ana Patricia Botín desde principios de septiembre explica que estos cambios, adoptados por su consejo de administración, "contribuirán a una mejora en la capacidad de respuesta al cliente y a superar los ambiciosos objetivos financieros y de negocio que se ha marcado".
En un comunicado remitido hoy, el banco que preside Ana Patricia Botín desde principios de septiembre explica que estos cambios, adoptados por su consejo de administración, "contribuirán a una mejora en la capacidad de respuesta al cliente y a superar los ambiciosos objetivos financieros y de negocio que se ha marcado".
Echenique, hasta ahora consejero externo, se convierte en consejero ejecutivo y de él dependerá, de acuerdo con las recomendaciones regulatorias sobre gobierno corporativo, la función de cumplimiento, así como otras que le delegue Botín. Con la simplificación de la estructura, cuatro divisiones pasan a ser áreas: Asia y estrategia; banca privada, gestión de activos y seguros; recuperaciones y saneamiento de activos; y universidades.
El grupo, sin embargo, mantiene once divisiones y más de la mitad cuentan con personas elegidas por la nueva presidenta como son Juan Guitard (auditoría interna); Jacques Ripoll (banca mayorista global); José García Cantera (gestión financiera); José Doncel (intervención general y control de gestión); José María Nus (riesgos) y Andreu Plaza (tecnología y operaciones).
En el resto de divisiones corporativas continúan Javier San Félix (banca comercial), Juan Manuel Cendoya (comunicación, marketing corporativo y estudios); Magda Salarich (financiación consumo) y Jesús Cepeda (recursos humanos, organización y costes).
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