El español destrozó a los Lakers en la primera noche sin el técnico fallecido de los Wolves, Flip Saunders. Ni Kobe, ni los Lakers pudieron con Ricky.
Ricky Rubio debutó esta temporada por todo lo alto con un récord de anotación en la NBA (28 puntos) y liderando a los Minnesota Timberwolves a una remontada de 16 puntos frente a unos Los Angeles Lakers desorientados en el último cuarto.
Rubio completó su magnífica actuación con 14 asistencias en 33 minutos. Su compañero Kevin Martin aportó 23 tantos y el dominicano Karl-Anthony Towns, número dos del sorteo universitario, agregó 14 tantos y 12 rebotes.
Kobe Bryant, con 24 puntos en 29 minutos, registró la mayor anotación de un jugador en la NBA con al menos 20 temporadas en su haber, pero falló los últimos ocho tiros que intentó. Lou Williams, que erró el lanzamiento que pudo dar la victoria a los angelinos, firmó 21 tantos.
El novato D'Angelo Russell se quedó en 4 puntos y 2 asistencias en 26 minutos.
En los prolegómenos del duelo, ambos conjuntos lucieron camisetas en recuerdo a Flip Saunders, el técnico de los Timberwolves fallecido esta semana, y Bryant dirigió unas palabras a los espectadores del Staples Center: "Vamos a hacer que os enorgullezcáis de este equipo como es debido".
Rubio, con 10 puntos en 7 minutos, estuvo fantástico desde el pitido inicial. Anotó el primer triple que intentó y eso le dio un plus de confianza en el resto de sus acciones, repletas de inteligencia y agresividad (10-17), pero en cuanto los suplentes de los Timberwolves entraron en acción, los locales dieron la vuelta a la situación.
El culpable de ello fue principalmente Jordan Clarkson. Veloz, hábil y capaz de dominar el ritmo del partido, suministró a la perfección a Williams, que demostró sus credenciales como el mejor sexto hombre de la Liga, y Nick Young para hacer olvidar los fallos de Bryant y Julius Randle.
Un triple alocado de Young sobre la bocina (31-22) cerró el primer periodo de un partido repleto de contrastes, como el emparejamiento de Randle con Garnett (el local tenía 1 año cuando su rival entró en la NBA en 1995) y el de Bryant con Andrew Wiggins (el canadiense tiene los mismos años que lleva Bryant en la Liga).
El base español regresó a pista con 38-28 en el marcador pero no pudo evitar la avalancha ofensiva de los Lakers, liderada por un Bryant que comenzó a desempolvar su repertorio habitual de tiros a media distancia (50-34, 60-47). Mientras tanto, Rubio mantenía el tipo e impedía que la renta fuera a más.
El de El Masnou superó las 10 asistencias en el tercer cuarto y mantenía a flote a los suyos con ayuda de Towns, exigido en defensa por la pujanza de Randle -ambos provenientes de la Universidad de Kentucky- pero muy suelto en ataque gracias a la amenaza de Kevin Martin, fundamental para oxigenar el ataque de los Timberwolves.
Los hombres de Sam Mitchell remaron a contracorriente y se colocaron por delante de nuevo (97-99) en unos minutos de auténtico recital por parte del director de juego español cuyo entusiasmo contagió al resto de sus compañeros, muy crecidos (102-111) ante la desidia de su rival.
A pesar de ello, Lou Williams tuvo en sus manos el tiro de la victoria. Falló, y de paso, se llevó una mirada fulminante de Bryant.
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