Estados Unidos ha alentado a que los gobiernos centroamericanos resuelvan una crisis humanitaria en la que miles de cubanos quedaron varados en Costa Rica en su viaje hasta la frontera estadounidense, dijo el lunes el principal diplomático estadounidense en La Habana.
Sin embargo el funcionario, Jeffrey DeLaurentis, dijo que Washington no tiene planes para intervenir o cambiar sus políticas migratorias, que otorgan a los cubanos un tratamiento especial que les da la bienvenida en Estados Unidos y les ofrece la residencia con relativa facilidad.
Estados Unidos también continuará un programa iniciado en 2006 que atrae a los médicos y las enfermeras de Cuba en misiones internacionales para que deserten, incluso mientras Washington trabaja para normalizar las relaciones con la isla gobernada por el comunismo, dijo DeLaurentis, jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
"Lo principal es que en este momento no tenemos planes para cambiar ningún aspecto de nuestra política migratoria", dijo DeLaurentis a Reuters en una entrevista.
Una ley de la era de la guerra fría conocida como la Ley del Ajuste Cubano y una política de 1995 permiten a los cubanos que llegan a territorio estadounidense entrar sin visa. Los que son recogidos en el mar deben volver a Cuba.
Preocupados de que la práctica pueda cambiar como resultado de la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, miles de cubanos se han lanzado a la travesía.
Unos 5.000 están varados en la frontera norte de Costa Rica y no se les permite el ingreso a Nicaragua. Otros 1.300 o 1.500 quedaron en Panamá y no pueden entrar a Costa Rica.
"Alentamos a que los países involucrados busquen soluciones. Estamos muy preocupados por los derechos humanos de los migrantes", dijo DeLaurentis, quien ostenta rango de embajador pero no recibió el título para evitar una batalla por su confirmación en el Senado de Estados Unidos.
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