jueves, 6 de agosto de 2015

Choque de civilizaciones: cultura árabe y occidental

Por Mati Cardenas

Durante la gran historia de la humanidad, las personas nos hemos regido por normas, reglas y protocolos de actuación, pensamiento y emoción y, gracias a ellas, hemos conseguido sentirnos parte de un mismo grupo y desarrollar nuestras vidas en armonía junto con otras personas.

En muchas ocasiones, estas reglas nos han hecho dudar sobre lo que es correcto hacer o pensar. Hemos tenido que tomar decisiones sin fundamento por no saber en qué basarnos para tomarlas.

Dentro de los grupos sociales más antiguos de nuestra evolución y, para dar respuesta a las dudas que nos rodeaban, surgieron las primeras costumbres y los hábitos. Empezamos a diferenciarnos de los demás por nuestras costumbres, teniendo a nuestro lado a personas prácticamente iguales que nosotros, pero que llevaban a cabo algunas acciones de forma diferente o incluso realizaban otras.

Desde siempre, el ser humano se ha empeñado en pertenecer a un grupo. Somos animales sociales, es cierto, pero en ocasiones éstas ganas de pertenencia, nos han llevado a separarnos de forma radical de otros seres humanos y, muchas veces, de formas poco cívicas.

Este artículo pretende centrarse en cómo las sociedades islámica o árabe y la occidental, han sido "enemigas" durante toda la historia, cuáles son sus diferencias y cuáles sus similitudes.

¿Por qué nos sentimos tan diferentes entre estas dos culturas?
Creemos que la versión acortada a esta pregunta sería que ambas culturas sentimos diferente sobre nuestra integración a la sociedad. Es algo intrínseco, cómo los occidentales tendemos a hacernos responsables de todos los problemas que surgen en el mundo, mientras la cultura islámica suele culpar al fatalismo histórico de sus desgracias.

A raíz de los atentados del 11-S, la enemistad entre estas dos culturas se hizo mucho más aguda. Millones de occidentales agravaron sus discrepancias e incluso su odio hacia la cultura islámica, generalizando sobre terrorismo, violencia y su misoginia, mientras que los practicantes islámicos, se rebelaron contra los occidentales, llamándoles "impuros" por sus actos sexuales, de consumo y relacionales.

La religión, la fe y las creencias divinas, han llegado a dividir a la sociedad en núcleos de energía diferentes que, en vez de atraerse, se atacan entre ellos. Somos racionales, necesitamos creer en algo para pensar que nuestras vidas serán perfectas e ideales y que conseguiremos lo que nos propongamos si creemos que alguien allá arriba nos podrá echar una mano en cualquier momento. Y, aunque no queremos opinar más allá de ello, la religión y la fe han conseguido destruir la humanidad desde el principio de nuestra existencia.

Las religiones han impuesto normas a sus seguidores. Pensemos en lo siguiente: ¿los seguidores del islam, habrían dejado de comer cerdo si les hubieran dicho que podría causar enfermedades? ¿O sólo no comen ciertos alimentos y no toman ciertas bebidas porque su dios no se lo permite?

Los cristianos, ¿dejarían de creer que el sexo sólo debe practicarse para procrear si practicarlo fuera del matrimonio llevara a la muerte a sus practicantes?

Otra de las diferencias sustanciales es la unidad de "poderes" sociales. En la cultura musulmana la religión, la política y la cultura son un mismo ser, forman parte de un todo, de manera que, la religión condiciona la política y a su vez condiciona la cultura y las costumbres.

En cambio, la sociedad occidental, dado el conocimiento de que la unión de poderes nunca sale bien (como hemos podido averiguar a lo largo de la historia), creemos que la religión es para aquéllos que quieren creer, la política para quién quiere luchar por sus derechos y la cultura aquello que nos une.

Este choque de intereses conlleva a que el fanatismo cultural-político-religioso de la religión musulmana (no pretendemos generalizar), hace que los occidentales quieran alejarse de la otra cultura. Sus diferencias culturales son "demasiado estrictas y grandes como para poder hacernos compañeros".

Dicho esto, se suele concebir a la cultura occidental como más adelantada y evolucionada que la árabe, ya que consiguieron separar sus poderes (Estado, política y religión además de costumbres).

En el islam, la política, la religión y las costumbres, siguen unidas por conflictos sociales y llegan a justificarse actos que niegan los derechos humanos tan sólo por seguir unas "normas" dictadas que discriminan, maltratan y acaban con la vida de muchas personas, hombres, mujeres y niños, siempre respaldados por la "guerra santa". Y nosotros nos preguntamos, ¿acaso en la Biblia o el Corán exige asesinar a millones de personas por un ideal? Perdonen nuestro desconocimiento en profundidad de ambos libros sagrados, pero creemos que no.

¿Es realmente necesario luchar por un ideal llegando a cometer actos contra la humanidad? ¿Debemos seguir asesinando a más personas sólo por la mala interpretación de los libros sagrados?

Para concluir, deberíamos reflexionar acerca de nuestros sentimientos hacia personas de otra cultura diferente a la nuestra. No sentimos odio, ni indiferencia. Ni siquiera curiosidad. Sentimos miedo a lo diferente y lo que no vemos o no queremos ver, es que todos vivimos en el mismo lugar, en el mismo mundo y que, deberíamos ser más conscientes de que nos tenemos los unos a los otros, en vez de seguir empecinados en querer dominar a los demás a base de imponer nuestra cultura.

Dejemos a otras culturas demostrar sus costumbres en nuestros países. Sintámonos libres de caminar por calles de otros países. Unamos las culturas, respetémonos y abramos nuestras mentes para conocer otras culturas. Seguro que de ésta manera, seremos mejores personas.

"No juzgo lo que está bien o mal o lo que es real y no está en la cultura".

Pedro Almodóvar

"Cultura se relaciona con los objetos y es un fenómeno del mundo; la hospitalidad se relaciona con la gente y es un fenómeno de la vida".

Hannah Arendt

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