Susana Díaz llamó directamente a Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera para tratar de desbloquear su investidura como presidenta del Gobierno de Andalucía, antes de que el pasado jueves se sometiese a la última votación del Parlamento andaluz. No lo logró, Las conversaciones de la presidenta en funciones con los líderes nacionales de PP, Podemos y Ciudadanos han consolidado la negativa de esas fuerzas políticas a facilitar un Gobierno del PSOE, al menos hasta los próximos contactos y, con toda probabilidad, hasta después del 24 de mayo. La negociación se reanudará después de esos comicios, aunque el fantasma de la repetición de las elecciones no se ha desvanecido.
Si Pablo Iglesias y Albert Rivera hablan continuamente de Andalucía, no es extraño que la presidenta en funciones de esa comunidad autónoma, Susana Díaz, les pregunte directamente cuál es su posición. Esta es la explicación que ofrecen en el entorno de la dirigente socialista para justificar que tomara la iniciativa de llamar a los líderes de esos dos partidos emergentes. Pero también se comunicó con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Esas apelaciones directas no agradaron en absoluto a los a los representantes de Podemos y Ciudadanos en Andalucía, Teresa Rodríguez y Juan Marín, respectivamente. Tampoco a Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP de Andalucía y jefe de la oposición, le agradó ese puenteo. No obstante, en los tres casos sus jefes de fila nacionales avalaron por completo su actuación, según las respuestas que Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera ofrecieron a la presidenta andaluza.
A ningún atisbo de compromiso llegó el presidente del Gobierno con Díaz respecto a sus requerimientos para conseguir la estabilidad en Andalucía. Las apelaciones al jefe del Ejecutivo no desbloquearon la situación. Ni solución ni alternativa. Aunque todas las fuerzas políticas de oposición se han unido tres veces para votar en contra de la investidura de Díaz no ha habido, sin embargo, un movimiento para presentar una alternativa a la candidatura socialista. Esta situación aboca a la repetición de las elecciones si el 5 de julio, última fecha para votar de nuevo la investidura de Díaz después de dos meses de intentos, esta no sale adelante. Esta es la advertencia que ha hecho la presidenta andaluza con una respuesta no demasiado contundente por parte de Podemos.
El dirigente del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, sí recogió ese guante en declaraciones a este periódico: “Si hay que ir a otras elecciones se va; el PP tiene estructura y músculo para afrontar otras elecciones pero si se convocan será responsabilidad de Susana Díaz y la campaña será sobre su fracaso”. Así de altas siguen las espadas después de la conversación de Díaz con los dirigentes nacionales. La única coincidencia de todos los actores es que después del 24 de mayo la situación puede flexibilizarse. Todos miran de reojo a todos.
Los testimonios recogidos tras las conversaciones telefónicas de Díaz con Rajoy, Iglesias y Rivera, podrían hacer pensar que ha habido tensión y acritud. Pero no ha sido así, según fuentes conocedoras de las mismas. Susana Díaz mantiene una relación “fluida y muy correcta” con Mariano Rajoy, y también hay una intensa empatía tanto con Iglesias como con Rivera. Ese contexto, sin embargo, no tiene que ver con la negativa a facilitar la investidura.
“Hablamos del pacto anticorrupción”, resumió Albert Rivera sobre su conversación con Díaz. “Ella quería corroborar que la posición [de Juan Marín] era la misma que la de la Ejecutiva Nacional. Le trasladé que es exactamente lo mismo: cambios profundos, no papel mojado”, recordó. “El PSOE ha perdido mucha credibilidad y cualquier acuerdo tiene que ser concreto y por escrito”, añadió. “Le trasladé que es el PSOE quien tiene que pasar página y dejar de tener imputados en los escaños y aforados en el Supremo. Eso al PSOE le molesta”.
La presidenta en funciones quiso pulsar la sintonía entre el líder nacional de la formación emergente y Juan Marín, su representante en Andalucía, donde el partido exige al PSOE que firme un pacto anticorrupción. Díaz, según Rivera, no encontró ni una sola grieta en la posición de Ciudadanos. Rivera defendió que lo que argumenta Marín en Andalucía valdrá para toda España tras las elecciones del 24 de mayo.
“Debe solucionarlo ella”
“Susana Díaz convocó elecciones anticipadas sin que tocara y ahora ella tiene que solucionar el problema que le ha creado a los andaluces”, dijo Rivera, quien recuerda que la abstención de sus nueve diputados no sería suficiente para garantizar la investidura de la política socialista.
Díaz también se puso en contacto con el líder de Podemos antes de someterse a la última votación. Hasta ahora la dirigente socialista había evitado hablar de su investidura con el secretario general de esa formación, pero esa llamada, confirmada el jueves por Teresa Rodríguez, causó cierto malestar en la dirección andaluza de Podemos tras los pasados intentos de la cúpula nacional de pilotar las conversaciones. “Lo que le dijo Iglesias en esa conversación es que quien dirige las negociaciones en Andalucía es Teresa Rodríguez como portavoz de Podemos en el Parlamento”, señaló.
También Sergio Pascual, uno de los interlocutores de Podemos en la negociación, informa puntualmente a Rodríguez de todos los contactos. “Estamos seguros de que durante el periodo que el reglamento de la Cámara establece para que las fuerzas parlamentarias lleguen a acuerdos”, señaló Pascual a EL PAÍS, “el PSOE abandonará su encastillamiento y entenderá que el tiempo de la nueva política viene de la mano de la asunción de ideas nuevas vengan de donde vengan”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario