jueves, 18 de junio de 2015

Christopher Lee, una vida de película (1922-2015)

Por Rafael Martínez





“No me gusta estar inactivo. Como mi querido Boris (Karloff) solía decir, cuando muera quiero morir con las botas puestas”.




Christopher Frank Carandini Lee nació el 27 de mayo de 1922, en el aristocrático barrio de Belgravia, en Londres. Dentro de una familia de clase alta, fue hijo de la condesa Estelle Mari Carandini di Sarzano y del coronel Geoffrey Trollope Lee, de la Guardia Real Británica.

Entre sus ascendientes figuran el emperador Carlomagno y se dice que su apellido podría proceder del general Robert E. Lee, del Ejército Confederado.


Creció en Suiza debido a la separación de sus padres cuando aún era muy pequeño, pero volvería pronto a Londres acompañando a su madre.

Tras viajar por media Europa y gracias a su gran habilidad desde pequeño para aprender idiomas, acabó aprendiendo varios, entre ellos el alemán y el francés. A lo largo de su vida llegaría a hablar un total de ocho idiomas diferentes, entre ellos el sueco, ruso, griego e incluso el mandarín.

Su formación académica la realizó en Wellington College en Estudios Clásicos. En sus viajes posteriores al colegio, a los 17 años, contempló en París la última ejecución por guillotina celebrada en Francia. El reo en cuestión fue Eugen Weidmann.

Al estallar la II Guerra Mundial, Lee se alistó como voluntario, pero una enfermedad óptica le impidió combatir en las Fuerzas Aéreas. En el Ejército hizo carrera como oficial de inteligencia y en algunas misiones particularmente delicadas, como en el norte de África y en Sicilia, entre otros lugares. También llegó a visitar los campos de exterminio de Treblinka, Auschwitz-Birkenau, Majdanek, Sobibor y Chelmno.

Después de la guerra, fue un importante “cazanazis”, para lo cual le eran especialmente útiles sus conocimientos lingüísticos.

“He visto lo peor que un ser humano puede hacer a otro”.

Sus 1,96 metros de altura, su extrema delgadez, unido a su penetrante mirada y a una potente voz, le sirvieron para iniciar con éxito su carrera como actor en obras de teatro, óperas y radio.

Considerado uno de los grandes mitos del cine, Lee comenzó su carrera oficialmente en 1947, debutando en la película “Corridor of Mirrors” (La Extraña Cita), del director Terence Young.

Varios años más tarde y tras muchos papeles secundarios, llegaría a parar a Hammer Productions, estudio prolífico y que lo conseguiría catapultar a la fama.

Su primera cinta para la mítica productora fue “The Curse of Frankenstein” (La Maldición de Frankenstein)” a la que seguiría “The Mummy” (La Momia), “The Hound of the Baskervilles” (El Perro de Baskerville), “The Gorgon” (La Medusa) y la película que le convirtió en mito; “Drácula”, todas estas películas bajo la dirección de Terence Fisher.


Con esta película Lee conseguiría consagrarse como actor de culto y ser todo un referente en el cine de horror. Con permiso del legendario Bela Lugosi, Lee siempre será recordado por haber interpretado al Drácula más icónico de la historia del cine.

Después de hacer varias películas sobre este oscuro personaje, incluidas las dirigidas por el español Jesús Franco, Lee admitió sentirse cansado del personaje y pensó incluso en abandonar Hammer Productions en varias ocasiones.


¿Por qué siempre regresamos a Drácula? Eso fue parte de mi carrera que, en ese momento era muy importante. No he hecho películas de horror desde 1975”.




Durante la época de oro del cine de horror, Lee se hizo un actor de renombre y alguien muy conocido para el gran público, tanto, que años más tarde le costaría mucho quitarse de encima el encasillamiento de personajes como Drácula o Fu Manchú, y los directores no le veían como alguien capaz de interpretar a personajes más complejos.


Así los años 70 y 80 fueron pasando por películas como “The Private Life of Sherlock Holmes” (La Vida Privada de Sherlock Holmes), “The Man with the Golden Gun” (El Hombre de la Pistola de Oro), o “The Three Musketeers” (Los Tres Mosqueteros), rodando aparte todo tipo de películas de horror, comedias y series de televisión.

Finalizando la década de los 90 (década bastante complicada en cuanto a proyectos interesantes), Lee conocería a Tim Burton, el cual le ofrecería un breve papel en la terrorífica “Sleepy Hollow”. A raíz de esa película ambos entablaron una gran amistad y volverían a trabajar juntos en cintas como la divertida “Charlie and the Chocolate Factory” (Charlie y la Fábrica de Chocolate), “Corpse Bride” (La Novia Cadáver), “Alice in Wonderland” (Alicia en el País de las Maravillas) o “Dark Shadows” (Sombras Tenebrosas).

Pero fue en “The Lord of the Rings” (El Señor de los Anillos), del director Peter Jackson en el que regresaría en grande al cine con su papel de Saruman, el mago que rivaliza con Gandalf en la saga originaria de Tolkien.

Como curiosidad, según el propio Lee, llegó a conocer a Tolkien mucho antes de participar en “El señor de los anillos”, aparentemente por casualidad, en un pub. Lee, admirador confeso de sus novelas, que leía una y otra vez, querría haber sido Gandalf, pero una vez más le tocó encarnar al malvado de la historia. A pesar de ello Saruman se convirtió en su personaje favorito.



Un inmortal, que tiene 8.000 años. Para expresar eso, tuve que actuar de la manera más inhumana posible. Saruman lógicamente no se rasca la cabeza o algo así



Gracias a la ayuda de directores como Burton o Jackson, la carrera de Lee tomaría, en el nuevo milenio, un segundo aire. De esta forma George Lucas, otro director de los llamados grandes, quiso contar con él para una nueva trilogía fantástica, en este caso “Star Wars” (La Guerra de las Galaxias). De nuevo se pondría en la piel del villano de la función y además de nuevo volvería a ser Conde, en este caso el Conde Dooku , en las episodios II y III de la nueva trilogía.

Según fuertes cercanas a Lucas, llamó Dooku a su personaje en “Star Wars” como recuerdo sonoro a Drácula.

En el año 2007 entró en el libro Guinness de los Récords, por aparecer en más títulos de crédito que ningún otro actor, 244, entre películas y telefilmes. Era además el actor protagonista más alto del cine (1,96 metros) y el personaje principal con más peleas con espadas, 17.

En 2009 el actor fue nombrado Comandante del Imperio Británico por la reina Isabel II, obteniendo así el título de Sir.

Las aficiones de Lee eran bastante curiosas, se consideraba un amante de la ópera y el heavy metal siendo la banda italiana “Rhapsody” su favorita. En marzo de 2010 lanzaría el álbum “Charlemagne” donde mezclaba ambos géneros.


Sin duda un genio dentro y fuera de la pantalla, con una vida que es vista desde todos los sentidos apasionante, y que será recordado por sus personaje icónicos que se recordarán siempre, sus innumerables participaciones en la pantalla grande y pequeña, su voz profunda y su presencia que no disminuía un ápice con su edad.


"Sólo me queda encarnar a Don Quijote"


GRACIAS por todo y buen viaje Sir Christopher Lee.

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