viernes, 15 de mayo de 2015

Sagas de cine: El Padrino

Por Rafael Martínez

Cada mes os presentaremos un análisis de una saga cinematográfica, inauguramos esta nueva sección del blog con El Padrino.


EL PADRINO (1972), EL PADRINO: PARTE II (1974), EL PADRINO: PARTE III (1990)



Hablar de la saga de “El Padrino” es hablar de palabras mayores. Pocas películas han influido tanto a lo largo de la historia como las obras de Francis Ford Coppola, su influencia en la cultura popular es inmensa y su veneración por parte de fanáticos y crítica especializada sólo es comparable a la que generan películas como Lo que el viento se llevó, Casablanca y Ciudadano Kane.
La saga de “El Padrino” es sin duda el más exceso relato sobre la mafia jamás filmado, nunca antes el cine había sido tan explícito en este tema, tratando el tema de la mafia desde una perspectiva humanista, presentándose desde la raíz del drama y sus problemas.



EL PADRINO (1972)


SINOPSIS: Don Vito Corleone es el jefe de una de las cinco familias que ejercen el mando de la Cosa Nostra en Nueva York en los años 40. Don Corleone tiene cuatro hijos; una chica, Connie, y tres varones, Santino, o Sonny, como le gusta que le llamen, Michael y Freddie, al que envían exiliado a Las Vegas, dada su incapacidad para asumir puestos de mando en la ”Familia”. Cuando otro capo, Sollozzo, al rechazar el Padrino intervenir en el negocio de estupefacientes, intenta asesinar a éste, empieza una cruenta lucha de violentos episodios entre los distintos grupos.

Basada en la novela homónima del italoamericano Mario Puzo, ‘“El Padrino” (The Godfather), fue dirigida por Francis Ford Coppola y escrita por el propio Coppola y Mario Puzo.

Es la película que abre la saga de los Corleone, que narra la vida, negocios, placeres y desgracias de una familia mafiosa, proveniente de Sicilia, Italia, en los Estados Unidos. Concretamente nos encontramos ante una impresionante narración acerca de un padre (Marlon Brando) de familia de inquebrantables principios que debe legar todo su imperio a su hijo (Al Pacino); el cual al principio reniega de su destino pero que al final no puede oponerse al irresistible llamado de la sangre y sucumbe ante su ascensión al poder, siempre llevado por el amor a su padre.


Es una película perfecta, que marca un antes y un después en la historia del cine, con interpretaciones, en especial la de un Marlon Brando sublime encarnando al mítico Don Vito Corleone y un Al Pacino que empezaba a demostrar el gran actor que llegaría a ser, sumado a Diane Keaton, Robert Duvall, James Caan, Talia Shire... y todas las colosales interpretaciones que forman la película, apoyándose en un guión profundo, complejo e inabarcable.

La dirección, aunque repleta del tempo pausado de Coppola es brillante asimismo y dosifica los momentos de tensión de una manera magistral, como la secuencia del hospital o del restaurante.

En el aspecto técnico la película es perfecta desde su soberbia puesta en escena, pasando por la mítica fotografía (Gordon Willis) y dirección de arte. Y, como no, de la música de Nino Rota, una de las bandas sonoras más reconocibles de la historia.


Partiendo de un presupuesto aproximado de seis millones y medio de dólares, “El Padrino” recaudó en todo el mundo cerca de 270 millones de dólares, y se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia del Cine.

Fue nominada a once Premios Oscar, consiguiendo al final tres de ellos, mejor película, guión adaptado y actor de reparto para Marlon Brando.


EL PADRINO: PARTE II (1974)


SINOPSIS: Continuación de la saga de los Corleone con dos historias paralelas: la sucesión en la familia a cargo de Michael Corleone y los orígenes del patriarca, el ya fallecido Don Vito, primero en Sicilia y luego en Estados Unidos donde empezó a hacerse un nombre comenzando desde lo más bajo. 

Tras presentar en 1972 la posiblemente mejor película de la historia del cine,El Padrino”, Coppola y Puzo aceptaron escribir una continuación. El listón era complicado de superar porque, además de un gran éxito habían logrado un film único, artísticamente inmejorable… o eso se pensaba entonces. Cuando presentaron esta segunda parte nadie podía creerse que lo hubiesen vuelto a lograr. Otra obra maestra incontestable, sublime, emocionante. Para muchísima gente, de hecho, este segunda entrega es aún mejor que la primera, a pesar de no contar nuevamente con el gran Marlon Brando entre su reparto.

En su lugar, Coppola y Puzo desarrollan el reinado de Michael Corleone como Don (grandioso Pacino) y, en paralelo, bucean en el nacimiento del clan y el imperio Corleone, con una historia en flashback que es, en sí misma, otra película y otra obra maestra.

Pero si Marlon Brando es la esencia de la primera parte, con una prometedora aparición de Al Pacino (el clásico hijo preferido que se quiere fuera de los círculos delictivos que sostienen a la familia), en la segunda parte nos deja completamente conmocionados un actor desconocido pero magnífico: Robert De Niro, interpretando al joven Don Corleone.


De nuevo el apartado técnico rozaba la perfección, destacando la fotografía y la dirección de arte, la cinta fue filmada aún en Technicolor, haciendo sus tonalidades mucho más intensas. Destacar de nuevo otra impecable partitura de Nino Rota para su banda sonora.


“El Padrino: Parte II” consiguió recaudar en todo el mundo 193 millones de dólares, convirtiéndose en un gran éxito.

La película fue nominada a once Premios Oscar, consiguiendo seis de ellos, mejor película, actor secundario para Robert De Niro, director, guión adaptado, música y dirección artística.


EL PADRINO: PARTE III (1990)


SINOPSIS: Michael Corleone, heredero del imperio de don Vito Corleone, intenta rehabilitarse socialmente y legitimar todas las posesiones de la familia negociando con el Vaticano. Después de luchar toda su vida se encuentra cansado y centra todas sus esperanzas en encontrar a un sucesor que se haga cargo de los negocios. Vincent, el hijo ilegítimo de su hermano Sonny, parece ser elegido.


La única razón por la que Coppola se venció a las peticiones de la Paramount para realizar esta tercera parte de la saga es, simplemente, porque se encontraba al borde de la ruina y exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro era la mejor solución. El proyecto, por lo tanto, ya nació forzado; habían pasado más de 15 años desde “El Padrino: Parte II” y a todas luces era innecesaria una continuación.


Una película indudablemente inferior a sus predecesoras, con una estructura casi similar a la primera parte y que muchos piensan que nunca debió ser filmada. Aún así es una película que llega a unas cotas difíciles de ver normalmente.
Sin duda es la más irregular de la saga, muchos comentarios vinieron por parte del público y la crítica por la intervención de Sofia Coppola en lugar de Winona Ryder y la ausencia de Robert Duvall. Sin embargo para el recuerdo tenemos las grandes actuaciones de Andy García y Al Pacino, más envejecido, contenido y firme que en anteriores entregas, así como dos secuencias para el recuerdo: la desgarradora secuencia final (con la criticada Sofía Coppola) y la confesión de Michael Corleone ante el futuro Papa.


Como en toda la saga, la dirección, el ritmo, la producción, la música y la fotografía son impecables, destacando nuevamente la banda sonora, esta vez a cargo de Carmine Coppola.



“El Padrino: Parte II” recaudó 136 millones de dólares en todo el mundo, siendo así la menos rentable de la saga.
La película fue nominada a siete Premios Oscar, sin embargo, esta vez no pudo llevarse ninguna estatuilla.

Las tres películas son puro cine, clases magistrales de cómo contar una historia (y no solo de crear imágenes impactantes, cosa muy común hoy en día). La primera es una obra maestra absoluta, la segunda está generalmente considerada como la obra cumbre de la trilogía, y la tercera, a pesar de tener muchos detractores y no ser tan perfecta como las anteriores, tiene el encanto de ver a los mismos personajes veinte años más tarde. Sin duda tres clásicos magistrales, que elevaron a Francis Ford Coppola al nivel de maestro del arte cinematográfico.


1 comentario:

  1. Sin duda alguna prefiero las primeras películas ya que constituyen gran parte de la historia del cine, en especial porque los actores como Robert Duvall son trascendentales para el cine. He visto algunas películas en las que él ha estado y me parecen excelentes.

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