miércoles, 14 de enero de 2015

En el corazón de las tinieblas: África se desangra

Por Sergio Ruiz y  Raquel Márquez

La ciudad de Baga, en el noreste de Nigeria, ha dejado de existir desde el miércoles 7 de enero. Solo queda un cementerio; un cadalso en donde yacen sus habitantes, masacrados en las calles. Descorazonadora prueba de lo que, Amnistía Internacional, ha catalogado como “el ataque más mortífero” de la secta yihadista Boko Haram, así como una de las matanzas más sangrientas que ha vivido África Central.
¿Por qué Occidente no se hace eco de esta tremebunda masacre?
¿Cómo Europa puede inundar sus calles, para hacer frente al terror que ataca el corazón de sus democracias (Charlie Hebdo), y sin embargo dejar que esta monstruosidad pase desapercibida?
 ¿Tienen mayor valor nuestras vidas que las de ellos?
Vía El Confidencial
Los milicianos entraron en las casas, según cuentan los supervivientes, abriendo fuego de forma indiscriminada. Baba Abba Hassan, representante de las autoridades nigerianas citado por Associated Press, confirma que las víctimas “no pudieron correr lo suficientemente rápido para escapar”. La mayoría niños, ancianos y mujeres. Sus cuerpos han quedado tendidos en las calles de Baga sin que nadie se haya atrevido a darles sepultura.
Tras masacrar a cientos de personas de la localidad –puede que hasta 2.000, según la organización de derechos humanos–, los terroristas prendieron fuego a las ruinas de esta urbe, que se asoma al lago Chad.

Boko Haram no se detiene ante nada. La brutalidad del ataque contra Baga ha provocado el éxodo de 20.000 personas y la terrible muerte de la niña del mercado de Maidiguri demuestran que las orientaciones de Boko Haram, en la guerra que mantiene con el Estado nigeriano desde 2009, han cambiado. Sus ataques están adquiriendo un cariz cada vez más aterrador no sólo para los propios nigerianos, sino para un equilibrio regional apenas apuntalado por estados incapaces de ofrecer a su población unos servicios mínimos de educación, salud y seguridad, como es la propia Nigeria.

El maná del petróleo
Boko Haram, denominación popular que se suele traducir libremente de la lengua hausa como “La Educación Occidental está prohibida” (su auténtico nombre es Asociación de personas comprometidas con la propagación de las enseñanzas del Profeta y la Yihad) ha pasado, en cinco años, de preconizar de forma generalmente pacífica la instalación de un Califato en Nigeria a convertirse en un grupo yihadista que ha matado a más de 15.000 personas. La secta, creada en 2002, se deslizó por la pendiente del terrorismo cuando su fundador, un clérigo carismático llamado Mohamed Yusuf, fue asesinado por la policía en 2009. Este crimen, perpetrado en plena calle, fue captado en un vídeo que se hizo viral en internet, lo que catalizó la venganza de sus seguidores.

El Estado nigeriano devolvió con creces la violencia desencadenada por la secta en forma de represión ciega contra cualquiera sospechoso de simpatizar con los milicianos. “El Estado nigeriano creó un monstruo que luego no pudo controlar”, explica un funcionario citado por el centro de estudios International Crisis Group (ICG), en un informe sobre el país africano.

“En Nigeria existe una relación intrincada entre la política, el modo de gobernar, la corrupción, la pobreza y la violencia”, recalca el ICG. Ese fue el caldo de cultivo de Boko Haram, que surgió al amparo de parte de una población hastiada por las injusticias y los abusos de un Estado que ha destinado el maná del petróleo –Nigeria exporta 2,2 millones de barriles diarios– a engordar los bolsillos de la corrupta clase dirigente en vez de a mejorar las condiciones de vida de los 112,5 millones de personas, el 70% de la población del país, que vive bajo el umbral de la pobreza y de la extrema pobreza.

Del “golpea y corre” a arrasar pueblos enteros
Cuando Boko Haram comenzó su ofensiva en 2009, su estrategia se basaba en atentar contra militares, instituciones como la ONU, escuelas e iglesias cristianas: el clásico “golpea y corre” propio de una guerrilla. Con el tiempo, la organización ha ido aumentando sus niveles de violencia hasta arrasar poblaciones enteras de su feudo del noreste de Nigeria, habitadas por musulmanes, como lo eran muchas de las 200 escolares raptadas en mayo en Chibok.


Una nueva estrategia que busca afianzar su control del noroeste del país mediante la política de la tierra quemada. Se calcula que un millón y medio de personas han huido en los últimos cinco años del norte de Nigeria para escapar no sólo de los ataques de Boko Haram, sino también de la respuesta militar del Estado, que compite en brutalidad con las acciones del grupo terrorista.

Una represión que, por citar un ejemplo, se plasmó en marzo pasado en el ataque de un caza del ejército nigeriano que bombardeó, apoyado por militares desde tierra, a cientos de presos que huían de la cárcel de Giwa, en Maidiguri. Las autoridades presentaron estos hechos como un intento de fuga orquestado por Boko Haram cuando al parecer no hubo tal, sino que los presos huyeron al encontrar las puertas de la cárcel abiertas. Hubo cientos de muertos; la inmensa mayoría, dice un senador citado por The New York Times, eran inocentes y habían sido encarcelados sin motivo alguno.

Una creciente vocación internacional
El afianzamiento por parte del grupo yihadista de su feudo en el noreste –no por casualidad, la región más pobre y olvidada por el Estado– va a la par con la progresiva vocación internacional que ha ido adquiriendo la secta. Pese a coincidir en líneas generales con los planteamientos de Al Qaeda –por ejemplo, en cuanto a la sustitución del Estado por un Califato regido por lasharia, la ley islámica– la organización nigeriana carecía en sus inicios de la dimensión universalista de la organización de Bin Laden. Esta prioridad “nacional” no le impidió mantener contactos con grupos yihadistas como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y MUYAO.

Pocos días antes del ataque contra Baga, un acontecimiento sucedido en la misma localidad confirmó que el foco centrado en Nigeria de Boko Haram es cosa del pasado. El 3 de enero, sus milicianos se apoderaron de la base militar de la ciudad, situada a orillas del lago Chad, un lugar estratégico cuyo dominioaumenta el riesgo que el grupo terrorista representa para Níger, Chad y Camerún. “Tras la conquista de esta base, Boko Haram amenaza las fronteras y hace temer un contagio regional”, asegura la revista Jeune Afrique.

La importancia “simbólica” de estas instalaciones radica en que esa base albergaba la Fuerza Multinacional de Acción Conjunta (MNJTF, en sus siglas en inglés) establecida por Nigeria, Camerún, Níger y Chad, cuyo fin era luchar contra la amenaza yihadista y el contrabando, una de lasfuentes de financiación, junto con lossecuestros, de Boko Haram. Sin embargo, las desavenencias entre estos países quedaron patentes al saberse que, en el momento del ataque, en la base solo había soldados nigerianos mal equipados que ni siquiera intentaron hacer frente a los yihadistas y optaron por salir corriendo.

“Este tipo de victoria podría animar a Boko Haram a llevar a cabo otros ataques ambiciosos en el futuro”, considera Nnamadi Obasi, del International Crisis Group.

De la creciente vocación internacional del grupo terrorista nigeriano, han dado fe –no sólo las banderas negras del Estado Islámico que aparecen en sus vídeos–, sino una grabación difundida el 5 de enero en el que el líder de la secta, el carismático Abubakar Shekau, amenaza directamente a Camerún, un país que en los últimos meses ha reforzado con 7.000 soldados y miembros de sus fuerzas especiales la frontera con Nigeria. El fundador de una de las facciones de Boko Haram, la denominada Ansaru, es el camerunés Maman Nur, partidario de la africanización del grupo. El nombre oficial de Ansaru, Vanguardia para la Protección de los Musulmanes en el África Negra, lo dice todo.

Boko Haram ha pasado en cinco años de ser uno más de los grupos islamistas surgidos en Nigeria a constituir una amenaza regional que preocupa seriamente a las cancillerías occidentales. Sobre todo, porque la posibilidad de una alianza transnacional con otras organizaciones terroristas –principalmente, Al Qaeda– hace temer una fractura definitiva en el centro del continente que deje a buena parte de su territorio bajo la bota del yihadismo.

Más noticias relacionadas con la masacre de Baga:

http://hazteoir.org/noticia/63757-causar-2000-muertos-nigeria-boko-haram-usa-otro-atentado-una-nina-10-anos-como-bomba

El ejército camerunés ha frenado más ataques de Boko Haram

http://www.teinteresa.es/mundo/Ataque-Boko-Haram-Camerun-terroristas_0_1284471564.html

http://www.dw.de/tropas-de-camer%C3%BAn-repelen-ataque-de-boko-haram-contra-una-base-junto-a-la-frontera/a-18186856

La BBC narra la dificultad para recuperar los cuerpos de Baga

http://www.bbc.com/news/world-africa-30788480

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